Espíritu de Dios,
Luz inmarcesible que emana de la gloria de la divinidad,
Fuente de agua viva que mana sin descanso del trono de la Trinidad,
Divinidad eterna inefable,
Caridad excelsa e invisible que contienes toda la gloria de la Trinidad,
Gloria esplendorosa del Padre y del Hijo,
Designio arcano y Misterio sublime oculto en la eternidad y dado a conocer en la manifestación del Verbo Unigénito del Padre,
Soplo de vida que alientas y vivificas cuanto sale de la mano del Padre,
Río de amor constante e indestructible que fluyes del Padre al Hijo, y del Hijo al Padre,
Santidad perfecta e inmaculada que adornas con tu sublimidad la gloria de la divinidad,
Belleza inenarrable y completa que abismas eternamente a quien te contempla,
Espíritu que te cernías majestuosamente sobre las aguas de la creación y sobre las aguas del Jordán,
Unción eterna que consagras al Verbo eterno de Dios haciéndole resplandecer con la divinidad que posee por naturaleza,
Gracia derramada en el colmo de la misericordia en el corazón de los hijos de Dios,
Misericordia delicada y dulcísima que brotas del costado abierto del Salvador,
Ternura conmovedora que enciendes cuanto tocas y consagras cuanto unges,
Potencia todopoderosa de la diestra del Padre,
Eternidad omnipotente que desbordas el caudal de amor de la divinidad,
Magnitud inconmensurable en tu grandeza y en tu humildad,
Dador de todos los dones del Verbo y de la divinidad,
Fuerza inconmovible que asientas en los cimientos de la eternidad la vida sobrenatural que inspiras en la carne de tus ungidos,
Resplandor que destellas en el rostro del Padre,
Defensor pacientísimo que abogas por los que amas,
Dedo de Dios, que divinizas al aquel sobre quien te posas,
Consuelo sacratísimo de los atribulados,
Descanso de los que andan cansados y agobiados,
Paz de Dios que sobrepasas todo límite y pacificas las ansias de los hombres,
Valor que impulsas a los elegidos a dar la vida en el testimonio de la sangre preciosa del Verbo eterno,
Humildad grandiosa que te sometes a las manos de los hombres para obrar tus maravillas,
Guía infalible en los caminos a la casa del Padre eterno,
Protector indestructible ante la miseria de los ataques del maligno derrotado,
Espejo del rostro del Verbo y del Padre que nos conduces a contemplar la fuente de la divinidad,
Brisa suave que alientas en el silencio delicado a los que te necesitan,
Dios verdadero que completas la Trinidad y mereces toda honra, gloria, alabanza, adoración, reconocimiento, bendición, tributo, aclamación, veneración, sumisión, honor, poder y potencia, a ti te alabamos y te bendecimos ahora y por los siglos de lo siglos. Amén.