Jerusalén. V estación de la Vía Dolorosa.
5ª Estación: Jesús ayudado por el Cirineo
Aprende, cristiano, en esta escena de mi pasión las lecciones que te dicta. Pude inspirar compasión a un hombre desconocido, y ¿no la infundiré tal vez en almas, como la tuya, santificadas a diario con los santos Sacramentos? Ayúdame, por piedad, a sostener las cien cruces que la maldad de los mortales hace gravitar sobre mis hombros. La ignorancia religiosa delos pueblos, las blasfemias, las impurezas, los escándalos, el diabólico afán de borrar la idea de Dios del corazón de los niños; la impiedad de los gobiernos, el poco celo de mis sacerdotes, la soledad de mis Sagrarios… son cruces que has de ayudarme a llevar con tu celo por mi causa. Hazlo, al menos, por interés, recordando que prometí no dejar sin recompensa un vaso de agua dado en mi nombre.
Jesús Nazareno con el Cirineo de Palencia