Como recoge un libro de estilo, no oficial, de apologética católica, todo blog que se estrene, o post nuevo que se publique, debe ir acompañado de una cita chestertoniana.
Este espacio que hoy inauguro, gracias a Religión en Libertad, no podía ser una excepción. Me gustaría dedicar mi primera entrada a un extraordinario padre numeroso que nos acaba de dejar. Y, es que, como decía el genial escritor inglés: El Periodismo es decir ´Lord Jones ha muerto´ a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo. Una frase que, para este aprendiz de periodista, vuelve a ser, tristemente, una realidad.
Hace unos días fallecía víctima de un cáncer Chema Postigo, padre de una de las familias más numerosas de España. En esta ocasión, a muchos nos sucedió algo similar a lo ocurrido en la famosa cita del escritor. No conocíamos su historia ni sabíamos nada de su impresionante testimonio de vida. Tuvimos que esperar a escuchar en los medios la esperanza con la que hablaba y la fe que tenía para arrepentirnos de no haberlo descubierto antes. Sin embargo, es maravilloso comprobar cómo, una vez más, se cumple aquello de si el grano de trigo muere, da mucho fruto. ¡Y cuánto fruto estás dando, Chema!
Nací en una familia numerosa y puedo intuir en qué consiste la obra que ayudó a construir Chema Postigo. Turnos para comer, ropas heredadas, armarios compartidos, cumpleaños multitudinarios, habitaciones con literas, furgonetas saturadas, hermanos mayores que cuidan de los pequeños… y como decía Chema: “las penas divididas y las alegrías multiplicadas”. Un microcosmos apasionante que, estoy seguro, ningún hijo cambiaría por nada del mundo. Una dedicación, la de los padres, que nosotros, los hijos, nunca podremos pagar. Una locura divina, que para muchos no es más que un disparate.
Ha tenido que ser la muerte de este padre ejemplar la que devuelva a las familias numerosas, por unos días, a los focos mediáticos. Esas familias de las que ningún gobernante se acuerda hasta que los hijos cumplen los 18 años y pueden votar. Esas familias que, en un país en el que mueren más personas de las que nacen, deberían ser tratadas con cierta astucia y un pelín más de cariño. Esas familias que, incluso desde posiciones católicas, son vistas a menudo con cierto grado de “irresponsabilidad”. Pero en una familia numerosa no hay tiempo para lamentarse, porque, además, “luego nunca falta de nada”.
Chema se ha marchado habiendo cumplido su misión. Su entrega sin reservas a los demás es ya un ejemplo para muchos. Hoy, los que le conocieron están tristes, pero mañana habrá quince hijos que tendrán la suerte de saber a quién parecerse. Descansa en Paz, Chema. Chema Testigo.