Aunque sabemos que en estos temas la aprobación que hay que buscar es la de Dios y no la de los hombres ni de la historia, sin embargo el tiempo acaba dando la razón a unos y quitándosela a otros, sin tener que esperar al juicio divino, que es cosa más lejana y alguno podría decir aquello de "largo me lo fiáis". En el tema que ocupa a este post, el tiempo está dando clarísimamente la razon a algunos eclesiásticos que, otrora denigrados, hoy vienen avalados por sus frutos.
Son muchos los hombres de Iglesia que en los años 70 y 80 se daban cuenta que por donde iban los forofos del postconcilio no se llegaba a ningún lado. Religiosos, sacerdotes y obispos que tuvieron la valentía de ir contra corriente y por ello fueron, cuando menos, vistos con sospecha, cuando no dejados totalmente de lado o puestos de vuelta y media. Algunos de ellos sufrieron mucho en sus comunidades o en sus diócesis. En España el postoncilio no fue especialmente virulento, pero dio sus coletazos, y los que se resistieron a las insensateces desde luego no estuvieron de moda. Ahora que las aguas vuelven a su cauce se va viendo quién tenía razón y quién erraba, aunque las apariencias presentasen lo contrario: Parecía que los residuos tradicionales estaban llamados a desaparecer y mira tú por donde, lo que ha pasado es que han florecido como las flores en primavera, mientras que los prometedores "nuevos teólogos" hoy envejecen, si no están ya criando malvas.
Hoy, a la luz de los nuevos nombramientos episcopales para San Sebastián y Oviedo, quiero rendir homenaje a dos de estos eclasiásticos españoles, que supieron remar contra corriente, con no poco de heroicidad, y ahora vienen reinvindicados por el tiempo, que es más objetivo de lo que los hombres podemos ser. Muy distintos el uno del otro, aunque se conocían y apreciaban, había gran sintonía entre ellos y sin embargo los estilos eran distintos, todo dentro de un gran amor a la Iglesia y una verdadera pasión por el sacerdocio: Don Marcelo González y Don Francisco Golfín.
Tenía un seminario Don Marcelo que los progres consideraban poco menos que el arca de Noe, donde se refugiaban las antiguallas de cada provincia para no tener que aceptar ni la teología ni la praxis entonces de moda y que parecía que duraría por siempre. Pues aquella teología de moda y aquella praxis pasaron a la historia y lo que sí ha quedado es los excelentes sacerdotes formados por Don Marcelo. Seminario criticado por muchos, pero que el tiempo ha demostrado ser un gran centro de formación del que han salido ya gran cantidad de obispos y arzobispos. Precisamente los nuevos nombramientos de Munilla y el franciscano Sanz, que también frecuentó dicho centro antes de ingresar en religión, confirman que aquella formación era lo que necesitaba la Iglesia. Y añádase a ellos Sainz Meneses, Demetrio, diversos eclesiásticos de la curia romana, etc. De los pisitos seminarísticos de Jubany, Echarren, Tarancón y otros, han salido también dignos clérigos, pero contados con cuentagotas, lo cual no es una crítica sino una constatación numérica. Otros se han secularizado ya. y no son pocos. Mira tú por donde, el tiempo ha dado la razón a Don Marcelo.
El caso de Don Francisco Golfín es muy distinto. Fue director espiritual de un buen seminarioy discretamente se retiró con el resto de los formadores cuando llegó Tarancón, pues sabían que tenían las horas contadas. Durante aquellos años de pisitos seminarísticos y de dudosa teología, el formó a un gran número de jóvenes que estudiaron carreras y fueron a estudiar a otros sitios esperando tiempos mejores, que llegaron con don Angel Suquia. Don Francisco supo cuidar de sus curas y futuros seminaristas, y les dio una óptima formación humana y espiritual, a pesar de que muchos en la diócesis les miraban con mala cara, les llamaban con poco afecto "los golfines" y se les tenía por raros. Pues bien, de ese grupo de dirigidos suyos han salido ya dos Arzobispos, de los cuales uno el Primado de España (el de Granada y el de Toledo), dos obispos auxiliares (de Madrid y Getafe), el director general de Comunión y Liberación (Julián Carrón), un miembro de la Secretaría de Estado Vaticana (Alberto Ortega), el único teólogo español que en la actualidad forma parte de la Comisión Teológica Internaciona (Javier Prades), etc. Sacerdotes y obispos todos ellos admirables por su amor a la Iglesia y su celo apostólico, y que guardan un recuerdo de amor filial a Don Francisco (cuyo proceso de Canonización está a punto de comenzar)
El tiempo les ha dado la razón a Don Marcelo y a Don Francisco, entre otros. Ya no están entre nosotros pero imagino que desde el cielo gozarán de ver que lo que ellos sembraron está dando frutos hermosos. Allí arriba no pueden tener orgullo, per un poco de santo orgullo sí que se lo merecerían.