Fray Juan Carlos Moya Ovejero, ofm es el actual Ministro de la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción de la Orden de Frailes Menores (OFM.-Franciscanos), fruto de la unión de las Provincias Bética, Cartagena, Castilla, Cataluña, Granada, Valencia y Aragón y de la Custodia de San Francisco Solano. El pasado 12 de marzo se ha dirigido a todos los hermanos de la Provincia para comunicarles la noticia de la beatificación en Almería del fraile franciscano Gabriel Olivares Roda.
Fray Gabriel es el único religioso que subirá a los altares el próximo sábado con los otros 114 mártires de la persecución religiosa.
Nacido en Baza (Granada) el 10 de marzo de 1888, se sintió atraído desde pequeño por la vida de San Francisco de Asís, de modo que ingresó en el noviciado el 15 de agosto de 1903 y emitió la profesión temporal al año siguiente. El 18 de agosto de 1907 realizó su profesión solemne y el 17 de noviembre de 1912, contando 24 años, recibió la ordenación sacerdotal.
Ejerció su labor docente en los distintos colegios de la antigua Provincia de Cartagena, a la vez que colaboró en las revistas de la Provincia: El Monasterio de Guadalupe y Espigas y Azucenas. Con motivo de la coronación canónica de la Santísima Virgen de las Maravillas de Cehegín, en 1925, publicó un hermoso devocionario.
Al comenzar la persecución religiosa estaba en el convento de Almería, acogiéndose al amparo de diversas familias de la ciudad. Pero, temiendo que pudieran sufrir por su causa, buscó refugio entre sus amistades de Arboleas, hasta que lo expulsaron a Huércal Overa, donde fue detenido.
Sufrió en su cuerpo múltiples golpes en espalda y cintura, propinados por un líder miliciano con el fusil. Maltrecho, fue llevado a la prisión del Ingenio de Almería. Ante la pregunta insistente sobre su condición de fraile, respondió: “Yo soy fraile”, lo cual significó que su nombre fuera apuntado para lo que se convertiría en su sentencia de muerte.
El 21 de diciembre de 1936 fue martirizado a sus 58 años de edad. Y, por el testimonio de sus verdugos, nos queda constancia de la actitud con la que afrontó el martirio: «-¿Qué te parece lo que decía el fraile? -Perdona a éstos. Y llamaba a su Dios...». Así culminó su vida en esta tierra, confiado en Dios y ofreciendo el perdón que brota de quien ha sabido vivir con el corazón centrado en Jesús, ejemplo y modelo de amor hasta el extremo.
La exhumación de los restos de los cadáveres del Campamento de Viator se llevó a cabo cuando aún no existía la Causa General. Por este motivo no consta su identificación; sólo consta que todos aquellos cadáveres fueron exhumados de Viator y fueron inhumados en el cementerio de Almería.
La parroquia de San Juan Bautista de Baza (Granada) donde fue bautizado Fray Gabriel nos ofrece una biografía más completa:
http://sanjuanypiedad.blogspot.com.es/2017/02/beatificacion-de-un-feligres-de-nuestra.html
Sobre estas líneas: Cruz de los Caídos, cementerio de San José en Almería. Debajo de la misma y de las placas con los nombres de los represaliados, se creó una cripta para albergar los restos de los ejecutados en el campamento militar de Viator, los pozos de La Lagarta y Cantavieja en los términos municipales de Tahal y Tabernas, o el campo de trabajo de Turón (Granada).
También serán beatificado dos Operarios Diocesanos de Mosén Sol
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos tiene la gracia de contar con treinta operarios mártires que entregaron su vida como santos apóstoles de las vocaciones y testigos del sacerdocio de Cristo. Veinticuatro han sido ya declarados beatos por la Iglesia. Ahora se suman dos más.
En aquel verano de 1936 dos operarios se encontraban trabajando en el Seminario de Almería. Don Ángel Alonso Escribano, natural de Valdunciel (Salamanca) era formador desde hacía dos años, y don Agustín Sabater Paulo, que era de Vinaroz (Castellón), llevaba veinticinco ejerciendo como administrador. Sus vidas estuvieron dedicadas por completo a la formación de los seminaristas.
http://www.sacerdotesoperarios.org/noticias/d-agustin-sabater-administrador-sensato-supo-invertir/
http://www.sacerdotesoperarios.org/noticias/d-angel-alonso-martir-vocacion-educador/
Este acontecimiento de la Iglesia es una invitación para caminar hacia la santidad. El Director general de la Hermandad, D. Florencio Abajo, en la carta enviada a los operarios afirma que «con admiración contemplamos cómo en esta “Hermandad del cielo” se ha hecho realidad la aspiración que particularmente cada uno de los operarios expresamos en el momento de realizar nuestra vinculación: “Para nuestra más fácil santificación…”. D. Agustín y D. Ángel, siendo formadores en el seminario de Almería hicieron el camino para ver cumplido aquel deseo. En el testimonio de nuestros Mártires comprendemos cómo la vocación a la santidad, a la que todos los sacerdotes operarios estamos llamados, es un camino abierto. El Señor, con su misericordia, nos ayuda a ser santos sacerdotes, “pastores según su corazón”».
Los restos del siervo de Dios Agustín Sabater Paulo reposan en el Templo de la Reparación que los Operarios Diocesanos tienen en Tortosa.
Aunque su nombre también figura con el de los demás Operarios mártires, los restos del siervo de Dios Ángel Alonso Escribano fueron quemados como los del obispo mártir Beato Diego Ventaja”
Fray Gabriel es el único religioso que subirá a los altares el próximo sábado con los otros 114 mártires de la persecución religiosa.
Nacido en Baza (Granada) el 10 de marzo de 1888, se sintió atraído desde pequeño por la vida de San Francisco de Asís, de modo que ingresó en el noviciado el 15 de agosto de 1903 y emitió la profesión temporal al año siguiente. El 18 de agosto de 1907 realizó su profesión solemne y el 17 de noviembre de 1912, contando 24 años, recibió la ordenación sacerdotal.
Ejerció su labor docente en los distintos colegios de la antigua Provincia de Cartagena, a la vez que colaboró en las revistas de la Provincia: El Monasterio de Guadalupe y Espigas y Azucenas. Con motivo de la coronación canónica de la Santísima Virgen de las Maravillas de Cehegín, en 1925, publicó un hermoso devocionario.
Al comenzar la persecución religiosa estaba en el convento de Almería, acogiéndose al amparo de diversas familias de la ciudad. Pero, temiendo que pudieran sufrir por su causa, buscó refugio entre sus amistades de Arboleas, hasta que lo expulsaron a Huércal Overa, donde fue detenido.
Sufrió en su cuerpo múltiples golpes en espalda y cintura, propinados por un líder miliciano con el fusil. Maltrecho, fue llevado a la prisión del Ingenio de Almería. Ante la pregunta insistente sobre su condición de fraile, respondió: “Yo soy fraile”, lo cual significó que su nombre fuera apuntado para lo que se convertiría en su sentencia de muerte.
El 21 de diciembre de 1936 fue martirizado a sus 58 años de edad. Y, por el testimonio de sus verdugos, nos queda constancia de la actitud con la que afrontó el martirio: «-¿Qué te parece lo que decía el fraile? -Perdona a éstos. Y llamaba a su Dios...». Así culminó su vida en esta tierra, confiado en Dios y ofreciendo el perdón que brota de quien ha sabido vivir con el corazón centrado en Jesús, ejemplo y modelo de amor hasta el extremo.
La exhumación de los restos de los cadáveres del Campamento de Viator se llevó a cabo cuando aún no existía la Causa General. Por este motivo no consta su identificación; sólo consta que todos aquellos cadáveres fueron exhumados de Viator y fueron inhumados en el cementerio de Almería.
La parroquia de San Juan Bautista de Baza (Granada) donde fue bautizado Fray Gabriel nos ofrece una biografía más completa:
http://sanjuanypiedad.blogspot.com.es/2017/02/beatificacion-de-un-feligres-de-nuestra.html
Sobre estas líneas: Cruz de los Caídos, cementerio de San José en Almería. Debajo de la misma y de las placas con los nombres de los represaliados, se creó una cripta para albergar los restos de los ejecutados en el campamento militar de Viator, los pozos de La Lagarta y Cantavieja en los términos municipales de Tahal y Tabernas, o el campo de trabajo de Turón (Granada).
También serán beatificado dos Operarios Diocesanos de Mosén Sol
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos tiene la gracia de contar con treinta operarios mártires que entregaron su vida como santos apóstoles de las vocaciones y testigos del sacerdocio de Cristo. Veinticuatro han sido ya declarados beatos por la Iglesia. Ahora se suman dos más.
En aquel verano de 1936 dos operarios se encontraban trabajando en el Seminario de Almería. Don Ángel Alonso Escribano, natural de Valdunciel (Salamanca) era formador desde hacía dos años, y don Agustín Sabater Paulo, que era de Vinaroz (Castellón), llevaba veinticinco ejerciendo como administrador. Sus vidas estuvieron dedicadas por completo a la formación de los seminaristas.
http://www.sacerdotesoperarios.org/noticias/d-agustin-sabater-administrador-sensato-supo-invertir/
http://www.sacerdotesoperarios.org/noticias/d-angel-alonso-martir-vocacion-educador/
Este acontecimiento de la Iglesia es una invitación para caminar hacia la santidad. El Director general de la Hermandad, D. Florencio Abajo, en la carta enviada a los operarios afirma que «con admiración contemplamos cómo en esta “Hermandad del cielo” se ha hecho realidad la aspiración que particularmente cada uno de los operarios expresamos en el momento de realizar nuestra vinculación: “Para nuestra más fácil santificación…”. D. Agustín y D. Ángel, siendo formadores en el seminario de Almería hicieron el camino para ver cumplido aquel deseo. En el testimonio de nuestros Mártires comprendemos cómo la vocación a la santidad, a la que todos los sacerdotes operarios estamos llamados, es un camino abierto. El Señor, con su misericordia, nos ayuda a ser santos sacerdotes, “pastores según su corazón”».
Los restos del siervo de Dios Agustín Sabater Paulo reposan en el Templo de la Reparación que los Operarios Diocesanos tienen en Tortosa.
Aunque su nombre también figura con el de los demás Operarios mártires, los restos del siervo de Dios Ángel Alonso Escribano fueron quemados como los del obispo mártir Beato Diego Ventaja”