de marzo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EL DOLOR DEL CONOCIMIENTO
¿Recuerdas que este verano comenzamos en la Universidad de Teología a distancia? Pues... ¡acabamos de terminar los exámenes del primer curso! ¡No te puedes imaginar qué alegría! (Aprovecho la ocasión para pedir oraciones por profesores y tutores... No es que queramos aprobar [que también], es que no tenemos tiempo para repetir...).
Con la tensión de que lográbamos acabar, más que escribir, el último examen lo esculpí. Apreté tanto el bolígrafo, ¡que se pede leer por ambas caras! Claro, luego imagina el dolor de muñeca, brazo, ¡y hasta el costado!
Hay veces en que los proyectos o trabajos nos ilusionan tanto, que nos volcamos con todas nuestras fuerzas en ellos, hasta el punto de, incluso, "dejarnos el pellejo". Y es verdad que el Señor nos pide que nos entreguemos con ilusión en nuestras tareas, pero, sobre todo, nos pide que pongamos amor.
¿Has mirado a tu alrededor? ¿Aquello en lo que te vuelcas es lo realmente importante y necesita tanto? Tal vez, de tanta fuerza que estás dejando en ello, estás haciendo sin darte cuenta un examen "esculpido" en vez de escrito. Y puede ser que sólo obtengas unas buenas agujetas, sin haber descubierto que las personas que tienes a tu alrededor tienen otros sueños, otra forma de ver las cosas... y también ellos te necesitan.
Hoy el reto del amor es reservar unos minutos para tu familia. Por un rato, aparta las obligaciones, la ropa sin planchar o ese asunto tan urgente, y siéntate a cenar con tus hijos, a hablar con tu pareja, a llamar a ese hermano... pídele a Cristo poder estar ese momento al cien por cien con ellos, con toda tu alma: ¡que sientan que ellos son lo realmente importante para ti, que les dedicas toda tu fuerza y atención! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO