Este sábado, 18 de marzo, la iglesia de la Concepción Real de Calatrava (c/Alcalá, 25 – metro Sevilla) acogerá el acto de apertura de la causa de canonización de Cipriano Martínez Gil y 55 compañeros, sacerdotes y familiares, mártires en Madrid de la persecución religiosa en los años treinta del pasado siglo.
 

Presidido por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid, dará comienzo a las 11:00 horas. Está prevista la intervención de la Escolanía de la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La entrada es libre hasta completar el aforo del templo.

Se puede descargar en este enlace el folleto preparado con la reseña biográfica de cada uno de los mártires:
https://www.archimadrid.org/images/Jornadas_Cursos_Eventos/2017/03/
Cipriano_Martinez_y_55_companeros_1-mar17.pdf

 
Madre Cristina de la Cruz de Arteaga
Sor Cristina de Artega fue la renovadora de la vida monástica jerónima. Nació en Zarauz (Guipúzcoa) el 6 de septiembre de 1902. A los 24 años era doctora en Ciencias Históricas. Escribió poesías, libros y artículos de temas históricos y religiosos. Entró en el Monasterio de la Concepción jerónima de Madrid en 1934, donde profesó en 1936. En 1942 se incorporó al Monasterio de Santa Paula de Sevilla, donde fue elegida priora en 1944. Se entregó plenamente a la renovación de la vida monástica jerónima y a cuantas hermanas contemplativas solicitaban su colaboración. Murió en Sevilla el 13 de julio de 1984, sus restos mortales descansan en el coro bajo del Monasterio de Santa Paula.
 

En la fotografía, sobre estas líneas, Sor Cristina recibiendo la Sagrada Comunión de manos de san Juan Pablo II, durante la visita pastoral del Papa a Sevilla, en 1982. La ejemplaridad de su vida llevó a las monjas de Santa Paula de Sevilla a promover el proceso de su canonización.
 
Un encuentro martirial, en una fecha de persecución
El 11 de mayo de 1931, [en Madrid, y en media España, día en que se dio el pistoletazo oficial para comenzar la persecución religiosa, y que conocemos como “la quema de conventos”], Cristina de Arteaga estaba en casa de su amiga Teresa Igual. Allí tomó contacto con dos monjas de la Concepción Jerónima de Madrid, que se encontraban refugiadas en la misma casa. También se encontraba con ellas don Cipriano Martínez Gil, el capellán de las monjas, que luego se convertiría en el director espiritual de su alma.

Cristina entra en la Concepción Jerónima el 28 de octubre de 1934 y toma el hábito el 29 de abril de 1935. Superadas las dificultades propias de la vida religiosa (horarios, comidas, vida común, obediencia…) y decidida a consagrarse a Dios, pidió por escrito al Visitador la primera profesión que tuvo lugar el 18 de mayo de 1936. Dos meses habían transcurrido de su profesión cuando el 18 de julio de 1936 estalla la guerra civil española y las monjas de la Concepción Jerónima se vieron obligadas a abandonar el monasterio el día siguiente. Poco después el convento fue convertido en cuartel de la brigada Lister. Le tocó pasar de una a otra casa hasta terminar en la Embajada de Argentina. Por fin con el Embajador de Argentina viajó en coche a Alicante y el 6 de enero de 1937 se embarcó hacia Marsella y de allí pasó a Biarritz para reunirse con su madre y hermanas.

El siervo de Dios Cipriano Martínez, cuya causa de canonización se abrirá este sábado, fue asesinado en la tapia del cementerio de El Pardo (Madrid), el 18 de agosto de 1936. Contaba 31 años y era el párroco de dicha localidad. Su hija espiritual, sor Cristina de Arteaga publicará en 1955 un librito titulado ¡Sembrarse! Vida y muerte de D. Cipriano Martínez Gil , sacerdote mártir.
 


Aquí para leer la vida completa de la Madre de Arteaga:
http://www.santapaula.es/libro.php