de marzo
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
ARGUMENTACIÓN CONTUNDENTE
A Jubi le encanta jugar. Especialmente le gusta que la persigan, pero, claro, no tenemos tanto aguante como ella...
Nuestra perrita se presenta estés donde estés, y comienza a dar brincos alrededor, como diciendo "¿Jugamos?". Y, cuando no consigue la respuesta que quiere, cambia de argumentos: te roba algo y sale corriendo. "¿A que ahora sí que me persigues?", parece decir.
Lo impresionante es su capacidad para analizar qué robar exactamente. Si estás trabajando en la huerta, se lleva los guantes. Si estás tendiendo, engancha las pinzas. Y, si estás encendiendo la gloria... ¡hace desaparecer el mechero! Y, ¿quién no la persigue, si se lleva justo lo que necesitas?
Esto me ha recordado un anuncio de flores cuyo eslogan era más o menos: "Ofrécele algo que no sea capaz de rechazar".
Dándole vueltas a esto, he descubierto... ¡que es lo que le hacemos nosotros al Señor!
Pero, ¿qué podríamos ofrecer nosotros, simples criaturas, a Dios Todopoderoso? La respuesta me la dio una oración de la Eucaristía: "Te ofrecemos lo que tú mismo nos has entregado: tu Hijo, Jesucristo".
Nuestro Padre nos ama tanto, que ha puesto en nuestras manos lo que aceptará siempre: ¡su propio Hijo!
Como nos narran los Evangelios, Jesús oraba: «Te doy gracias, Padre, porque sé que tú siempre me escuchas...» Tal vez tú también lo sientas así, o tal vez no, pero, al ofrecer a Cristo en la Eucaristía, ¡tenemos la certeza de que el Padre nos escucha!
Cristo mismo te invita a dejar sobre el altar todo lo que llevas en tu corazón: lo que te pesa, lo que te alegra, preocupaciones, sueños... En la Misa vamos al Padre de la mano de Jesús: ¡sabemos que no puede resistirse! Esto sí que es argumentación contundente...
Hoy el reto del amor es llegar 5 minutos antes a la Eucaristía. Siéntate lo más cerca del Señor que puedas y aprovecha para poner sobre el altar todo lo que llevas en tu corazón, todo sobre lo que necesitas sentir la mirada amorosa del Padre. Te aseguro que hoy no será "una Eucaristía"... ¡hoy es "tu Eucaristía"! ¡Feliz domingo!
VIVE DE CRISTO