¡Qué error más grande acabo de encontrar en la traducción castellana del prefacio de la Santísima Trinidad! Ya decía yo que me sonaba raro. Dice el final:
"Adoramos tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad. A QUIEN alaban los ángeles...".
Ese "quien" en singular no me gustaba nada, ya que parecía que, después de haber mencionado que en Dios hay tres personas y no una, de pronto parece que se dirige a las tres como si fueran una, pues no dice "a quienes alaban", sino "a quien alaban".
Esta partícula aquí puede entenderse de forma modalista. (El modalismo dice que "Padre", "Hijo" y "Espíritu" son en realidad una sola persona divina que se manifiesta de tres modos distintos). Como si, tras decir en el prefacio que no son una sola persona, se les tratase como tal
Pues bien, he acudido, temeroso, al original en latín; que no dice nada parecido a lo que dice el texto castellano. Pues en latín dice: "Es adorada la propiedad en las Personas, la unidad en la Esencia y la igualdad en la Majestad. LA CUAL alaban los ángeles..."
El texto original no deja duda de que lo que alaban los ángeles es la Majestad de las tres personas divinas; no a las tres personas divinas como si fueran una sola, con esa expresión tan desafortunada: "a quien...". En castellano, si se quiere mantener la traducción no literal actual, debería decirse:
"adoramos tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad. A QUIENES alaban los ángeles...".
En ningún caso "a quien". Y quizá convenga revisar esa traducción tan pobre y confusa que enturbia la liturgia. Aquí os dejo las dos partes correspondientes:
Traducción actual: "De modo que, al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna Divinidad, adoramos tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad. A QUIEN alaban los ángeles y los arcángeles,los querubines y serafines, que no cesan de aclamarte, diciendo:".
Traducción literal: "De suerte que en la confesión de la verdadera y eternal Deidad sea adorada la propiedad en las Personas, la unidad en la Esencia y la igualdad en la Majestad. LA CUAL alaban los ángeles y los arcángeles, que claman incesantemente, diciendo:".
En fin, es importante que estas cosas queden claras, porque si lo que rezamos es lo que creemos ("lex orandi est lex credendi"), deberíamos ser mucho más cuidadosos con lo que proclamamos en la Santa Misa.