Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.        

ABRAZOS QUE ESTRUJAN 

El otro día tuvimos cocina, y nos encargamos Sión y yo. Nada más llegar, yo le comenté que, si me veía un poco seria, que no se preocupase, que me había levantado con el pie izquierdo ese día, estaba un poco refunfuñona... Ella inmediatamente me preguntó: "¿Y qué necesitas? ¿Distancia... o un abrazo?" Contesté rápidamente: "UN ABRAZO". Y ella me apretujó de tal manera que se me fue todo el mal humor y pude empezar la cocina con fuerzas. 

Cuántas veces tenemos miedo de acercarnos así al Señor, con nuestras pobrezas. Parece que hay que estar perfecto para acudir al Señor, que si estar bien con todo el mundo, que si la lista de propósitos cumplida... Pero en el evangelio no dice en ningún momento: "Se acercó a Jesús una mujer perfecta", o "Pasaba por allí un hombre que no tenía problemas". No... a Jesús se acercan los que tienen la mano paralizada, los ciegos, los leprosos, los que sufren por una hija que se está muriendo... ellos son los que no pueden más, los que se sienten solos, los que necesitan de alguien que les salve de esa situación que tienen. 

Puede que tú hayas empezado regular el día, y piensas en alejarte lo más posible de la gente y del Señor para no liarla más. Pero se te olvida una cosa: ¡Cristo te ama así como estás! Y así es como quiere que te presentes ante Él, pobre, nada más que con tu mochila llena de enfados, de personas a las que no puedes ver, de esa situación que te hace sufrir. Él se quiere quedar con todo eso, dáselo: entrégale tu mano paralizada, tu ceguera, tu enfermedad, para que Él pueda entrar en ello. Te aseguro que empezarás a sentir que el Señor no se distancia de ti, sino que te abraza con fuerza para vivirlo contigo, para darte esperanza y alegría. 

Hoy el reto del amor es que des un abrazo a alguien, e incluso con más razón si le ves un poco serio o con mala cara. Acércate y estrújale con tanto cariño que pueda afrontar el día de otra manera, que pueda sentirse amado y comprendido. Déjale experimentar el amor de Cristo a través de ti. 

VIVE DE CRISTO