Uno de los diez Mandamientos dice NO MATARÁS. Con respecto a este mandamiento tengo la impresión de que vamos caminando hacia un precipicio; si se admite que la vida humana no es intangible y que un Gobierno es dueño de la vida de los ciudadanos, legalmente se llega a situaciones de culturas primitivas tanto en pueblos de la Amazonía como en la antigua Roma y Esparta, y en tiempos modernos, con el nazismo, los campos de exterminio alemanes y los Gulags comunistas.

Cuando se legalizó el aborto, se aprobó con los tres célebres supuestos restrictivos todavía vigentes, pero se fueron violando hasta llegar a extremos prácticamente de total libertad para abortar, de acuerdo con la ley o violándola. traspasando las fronteras del respeto a la vida humana, y no es fácil mantener la inviolabilidad de la vida humana. Si en la legislación se llega a justificar el hecho de suprimir una vida humana inocente, la ampliación de los supuestos en que se permite el aborto es cosa cantada. Es lógico que se pregunte la gente ¿y por qué en un caso se puede permitir y en otro no?

La primera consecuencia es que al permitir el Estado suprimir vidas inocentes empieza a desvalorizarse la suprema dignidad de la vida humana ya que el mismo Estado, deja de verla como el primer valor a tutelar. Es lógico que al bajar la valoración de la vida se multipliquen los atentados contra la misma.

En última instancia, la raíz de los crímenes abortivos está en que no se plantea debidamente la pregunta básica: ¿puede alguien (el Estado o un particular) suprimir la vida de alguien, sobre todo si se trata de un ser inocente? Y otra pregunta: ¿Puede el Estado autorizarlo? ¿Con qué derecho? Y ya se estáplanteando la eutanasia porque el enfermo tiene derecho a una muerte digna -¿qué significa una muerte digna?- .

Por otra parte, es una incoherencia que se esté intentando suprimir en todas partes la pena de muerte, incluso para grandes criminales, y por el contrario, se esté castigando a quienes matan un animal protegido, ¿y se puede permitir que se asesine a niños inocentes que todavía están en el seno materno? Me impactó la imagen de un niño junto a un animal protegido y el niño se pregunta ¿y yo? Nuestra sociedad ha perdido el norte.

Y si es legal el aborto porque la madre, como dicen sus defensores es dueña de su cuerpo y puede matar al hijo que lleva en sus entrañas ¿por qué no lo puede matar cuando ya ha nacido? Porque ni antes ni después del nacimiento es dueña de la vida del hijo. Y si puede abortar legalmente antes de nacer porque quiere, sin más, o porque va a tener un defecto físico o síquico importante ¿por qué no lo puede matar una vez nacido? Si el síndrome de dawn justifica el aborto ¿por qué no se puede matar a un niño ya nacido que tiene esa enfermedad? ¿Es que no tienen derecho a vivir? Pues que se los mate. Y ¿es que no tienen derecho a vivir los ancianos e impedidos y enfermos terminales porque son una carga para la familia y para la seguridad social? Pues que se los mate también. Y si se sigue ampliando los casos ¿quienes van a quedar?

Sé que en lo que estoy diciendo me muevo en el absurdo, pero lo hago para que me entiendan el Sr. Francisco y la Sra. María y se vea lo absurda que es una ley que autoriza el aborto, incluso realizado por una menor sin la autorización de sus padres y sin ninguna razón; sin más, porque la niña quiere. No creo que podamos llegar más bajo en nuestra moral social. Quizá el Gobierno haya añadido el punto ese de las menores para ver si al dialogar en el Congreso se pueda llegar a un acuerdo como diciendo: Retiro lo de las menores y vosotros aprobáis la nueva ley. Porque es que cabe pensar en cualquier hipótesis.

Por último, pienso que en España podemos distinguir tres etapas en las actitudes del Gobierno sobre el aborto: La primera, cuando se aprobó mientras gobernaban los socialistas; la segunda cuando el Gobierno del P. P. no hizo nada para cambiar la legislación; y la tercera, el intento de nuestro Gobierno de ampliar las posibilidades hasta extremos absurdos. Mal unos y mal otros. Peor el Gobierno actual.

Prescindiendo de la mayor o menor gravedad de las distintas posturas, lo cierto es que en la actualidad, los cristianos y hombre de bien hemos de afrontar la nueva situación creada y prescindiendo de las responsabilidades políticas de antes y de ahora, debemos plantearnos si estamos dispuestos o no, a que se "aborte" el proyecto del Gobierno. Me estoy refiriendo a los cristianos de verdad, estén o no afiliados a cualquier partido. Y acabo preguntándome ¿es posible que haya parlamentarios cristianos que lo aprueben y que sean capaces de mirar a los ojos de sus hijos sin ruborizarse?