Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EMPEZAR DE CERO
El Noviciado es un hogar normal, o sea, que, al final de la semana, para ir de tu celda a la sala, tienes que ir saltando obstáculos: que si un cubo de la ropa, que si una caja de libros, que si algún regalo de las visitas... Así que ayer, lunes, nos pusimos a limpiar todo el Noviciado. Nos repartimos y empezamos a recoger. Pero... "¡Uy, esto no se puede recoger, necesitamos tenerlo a mano!", "Esto lo vamos a sacar dentro de poco", "Esto tampoco, ni esto". Al final me vi mirando la sala y pensando que era mejor dejarlo, porque al día siguiente lo íbamos a volver a sacar.
Cuántas veces pensamos lo mismo, sobre todo al hacer la cama: "Pero si me voy a meter en la cama esta noche otra vez". Y sí, tiene toda la lógica del mundo, pero, ¿y si el Señor nos dijese eso en cada confesión? "Si, total, vas a volver a pecar". Una vez el confesor me dijo que el Señor en la confesión "nos pone a punto en todo bien". Es decir, nos ponemos otra vez en pista, nos centra en Cristo, nos da paz, esperanza y alegría.
Puede que hayas caído en la desesperanza con los demás o incluso contigo mismo, piensas que lo que te está ocurriendo va a ser así toda la vida, que nunca vas a poder con tal cosa o siempre te va a dar miedo esta otra... Cristo quiere acompañarte hoy y decirte que no caigas en la desesperanza. Él quiere levantarte, pero su forma de actuar es desde abajo. Jesús, en el lavatorio de los pies, no se igualó, se puso por debajo. Pero la cosa no terminó ahí: lo hizo para levantarnos, para que nos apoyásemos en Él cuando nos sintamos con los pies sucios y cansados.
Él no va a forzarte, va a esperarte ahí abajo con paciencia para cogerte cada vez que caigas y darte esperanza de nuevo. Él te va a devolver la alegría de recoger la sala, de hacer la cama... Dentro de dos días nuestra sala va a estar igual que estaba antes de ordenarla, somos humanas, pero, cuando ya no sepamos ni por dónde está el camino para salir y esté todo patas arriba, Él nos volverá a dar otra oportunidad, y no se va a cansar nunca, porque nos ama por encima de todo.
Hoy el reto del amor es que te pongas en pista. Puede que el fin de semana te hayas desviado un poco, pero Cristo te espera para, juntos, empezar de cero. Hoy no caigas en la desesperanza, siéntate delante de Él y pídele que te levante.