Ayer, la ministra de sanidad española decía que se implantará la educación sexual en los colegios. ¡Qué bien! No sé qué haríamos si no.
 
¿Cómo hemos llegado hasta nuestros días? ¿Quién enseñó a los primeros humanos cómo hacer para tener un hijo? Si no les instruyó nadie, no entiendo nada. Y si es tan fácil tener hijos, ¿para qué hace falta la educación sexual en los colegios? ¿Qué hay que enseñar a nuestros hijos, que no podemos hacerlo sus padres?
Entiendo que a los padres nos cueste educar a nuestros hijos en la sexualidad. A mí, al menos, me resulta complicado. Pero aseguro a cualquiera que hay cosas más costosas para los padres, y no dejo de hacerlas por eso.
A lo mejor es que quieren controlar a nuestros hijos en vez de educarles, y eso no me gusta nada. Un país de estúpidos es lo mejor para los que gobiernan, pero es una porquería para cualquier nación. Ya tenemos suficientes problemas aquí, con nuestra super crisis moral, como para que vengan a fastidiar un poco más. Pero bueno, es lo que pretenden, otra chapuza más, ponernos de mala leche y luego reírse.
Nosotros continuaremos educando a nuestros hijos, contrarrestando la porquería como Dios nos da a entender.
Insisto: no entiendo la educación sexual fuera de casa. El ser humano tiene tendencia hacia las relaciones sexuales y, le enseñen o no, a no ser que no quiera o pueda, las tendrá sin problemas. Y con el Señor, todo es más fácil, por si alguien no lo sabe.
Eduardo Palanca