Creo que ya lo he explicado en alguna ocasión. Estaba charlando con un laico alemán, importante miembro de la COMECE, la institución que representa a la Iglesia Católica ante la Unión Europea, y le recordaba aquello que había respondido François Mitterand cuando le habían preguntado sobre hasta dónde llegaba Europa: hasta donde habían llegado los monasterios, auténtica red que había conformado el tejido de lo que ahora conocemos como Europa.
Estuvo de acuerdo, pero añadió otro aspecto que yo, rápidamente, agregué a mi lista de convicciones: Europa, la Europa cristiana (no hay otra), también se había construido en torno a las peregrinaciones que la surcaron de arriba a abajo. Basta pensar en el Camino de Santiago para comprender lo acertado de esta observación.
Pues bien, esto de las peregrinaciones no es algo sólo del pasado. Sigo habitualmente varios medios informativos católicos franceses y les puedo asegurar que allí las peregrinaciones están viviendo un resurgir indudable. Con efectos también indudables. Les comparto algunos ejemplos:
 

A menudo nos preguntamos sobre de dónde surge la vitalidad que muestran algunas realidades de Iglesia en Francia. Quizás el hecho de que allí los católicos sean "un pueblo que camina" no sea ajeno a ese fenómeno.