Fuente: SISTEMA INFORMATIVO
DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉXICO
DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉXICO
La Comisión para las Causas de los Santos aprobó la práctica de las virtudes en grado heroico del sacerdote diocesano Raymundo Jardón Herrera, quien es tomado como un ejemplo de amor por los más necesitados.
El P. Jardón Herrera nació el 21 de enero de 1887 en Tenancingo, Estado de México, y coincidiendo con esta efeméride, al Santo Padre Francisco, en Roma, lo declaró Venerable al cumplirse los 130 años de su nacimiento.
El sacerdote diocesano fue bautizado, tres días después de su nacimiento, en la Parroquia de San Francisco. Sus padres fueron Jacinto Jardón, un jornalero, y Paula Herrera, una mujer sin estudios. De este Matrimonio nacieron 14 hijos. Para ayudar a los gastos familiares, Raymundo trabajó de niño en un telar de rebozos.
Con la ayuda del párroco de su pueblo ingresó al Colegio Pío Gregoriano de Tenancingo.
Mons. Francisco Plancarte y Navarrete, recién nombrado Obispo de Cuernavaca, lo llevó a su Seminario; posteriormente, el Obispo fue trasladado a la Diócesis de Monterrey, y determinó llevarlo con él.
El Padre Jardón fue ordenado sacerdote en la Catedral de Saltillo, y celebró su primera Misa en Cuernavaca. Luego regresó a Monterrey, donde ejerció su ministerio en la Catedral. Fue muy apreciado por la comunidad. Tenía plena confianza en la Divina Providencia. Los fieles señalaban que sin necesidad de micrófono llenaba con su voz la Catedral. Entregó su vida a la gente, sin distingos sociales. Era un hombre generoso, de intensa oración y fe, dedicado a la predicación, al confesionario, a la Catequesis y a los enfermos.
Durante la persecución religiosa, el P. Jardón fue desterrado en dos ocasiones. Falleció el 6 de enero de 1934. El cortejo fúnebre se extendía por más de 20 cuadras.
El 6 de Noviembre de 1994, tuvo lugar la clausura del Proceso Diocesano en la Santa Iglesia Catedral, presidida por el Excmo. Sr. don Alfonso Hinojosa Berrones, Obispo Auxiliar de Monterrey. El postulador fue el padre Oscar Sánchez Barba.
Con la ayuda del párroco de su pueblo ingresó al Colegio Pío Gregoriano de Tenancingo.
Mons. Francisco Plancarte y Navarrete, recién nombrado Obispo de Cuernavaca, lo llevó a su Seminario; posteriormente, el Obispo fue trasladado a la Diócesis de Monterrey, y determinó llevarlo con él.
El Padre Jardón fue ordenado sacerdote en la Catedral de Saltillo, y celebró su primera Misa en Cuernavaca. Luego regresó a Monterrey, donde ejerció su ministerio en la Catedral. Fue muy apreciado por la comunidad. Tenía plena confianza en la Divina Providencia. Los fieles señalaban que sin necesidad de micrófono llenaba con su voz la Catedral. Entregó su vida a la gente, sin distingos sociales. Era un hombre generoso, de intensa oración y fe, dedicado a la predicación, al confesionario, a la Catequesis y a los enfermos.
Durante la persecución religiosa, el P. Jardón fue desterrado en dos ocasiones. Falleció el 6 de enero de 1934. El cortejo fúnebre se extendía por más de 20 cuadras.
El 6 de Noviembre de 1994, tuvo lugar la clausura del Proceso Diocesano en la Santa Iglesia Catedral, presidida por el Excmo. Sr. don Alfonso Hinojosa Berrones, Obispo Auxiliar de Monterrey. El postulador fue el padre Oscar Sánchez Barba.