Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CHICHÓN EN LA CABEZA
Estábamos ventilando la sala de trabajo, por lo que estaban la puerta y las ventanas abiertas de par en par. Pero a Jubi le encanta esa sala, y sobre todo las papeleras, así que Sión ideó una "puerta corredera" improvisada con una mesa sin patas para que Jubi no se colase y poder ventilar sin problema.
Bajé con prisa a la sala y me encontré el obstáculo de la mesa (en ese momento no sabía que era corredera). Vi que al otro lado había una silla sujetándola, así que levanté una pierna, levanté la otra, y salté por encima. Ya estaba dentro de la sala, pero subida a una silla. En ese momento Sión me dijo desde el otro lado de la puerta que se podía correr a un lado para pasar. Yo, impresionada, me giré para mirar el invento y, ¡¡pum!! Me dí en toda la cabeza con el dintel de la puerta. Al principio no parecía mucho, pero al cabo de un rato empezó el dolor de cabeza.
Cuántas veces vemos un objetivo claro en la vida: entrar en la sala de abajo. Y no nos importa lo que se nos ponga por delante: proyectos, personas, acontecimientos... todo eso no es importante con tal de conseguir el objetivo. Cuando nos obcecamos en una cosa, no vivimos el resto de ellas; con las personas estás más distante, incluso a veces te molestan para conseguir eso que te has propuesto, y en las distintas situaciones de la vida sobrevives como puedes porque tu cabeza está en otra cosa.
Pero Cristo quiere que vivas en el presente, que disfrutes en el hoy. Él, sabiendo que su hora estaba cerca, no dejó nunca de amar a los demás, les atendía, seguía haciendo milagros, les sanaba.
Puede que tú estés en esta situación en la que te han dicho más de una vez: "¿Pero dónde tienes la cabeza? Parece que estás a otra cosa."
Si hoy te está absorbiendo toda tu atención, todo tu ser... ese proyecto, y no te deja centrarte en el hoy porque siempre tienes la cabeza en el futuro, te invito a mirar a Cristo.
Hoy el reto del amor es que le entregues ese proyecto. Esto no quiere decir que no se vaya a realizar, simplemente entrégale el control, pídele no adelantarte y vivir el presente. Él te va a regalar la alegría del hoy. ¡Estate atento de que la puerta es corredera!, sino quieres terminar con un chichón en la cabeza...