Transfiero mensualmente una pequeña cantidad a mi parroquia con el pleno convencimiento de que si el cura se la gasta en vino es porque lo necesita para el Cáliz. No tengo ninguna duda sobre el buen uso que hace del dinero de los fieles, como no la tengo del que hace la Conferencia Episcopal con la suma que recibe voluntariamente de los nueve millones de contribuyentes que al marcar la casilla de la Iglesia convierten a la equis en letra de cambio. Lástima que no tengan la misma confianza el PSOE, Podemos y Ciudadanos, que han propuesto que el Tribunal de Cuentas investigue al clero por si presenta las del Gran Capitán.
No entiendo la presencia de Ciudadanos en la terna inquisitorial laicista. O sí, porque Ciudadanos es al sistema político lo que la rebeca al fondo de armario. La rebeca es una prenda que se puede poner en cualquier época del año, y que, por lo mismo, resulta prescindible en todas ellas. La rebeca no tiene el poso proletario de la chaqueta de pana ni el empaque facha del frac. Esa indefinición lastra a Rivera hasta el punto de que en asuntos de sacristía intenta ser menos papista que Iglesias. Y también menos valiente. Rivera es un soldado que dispara contra la curia guarecido en el pelotón de fusilamiento de la izquierda porque le faltan arrestos para retar a Blázquez a un duelo.
No creo que entre al trapo, pero si el Tribunal de Cuentas decide fiscalizar al clero sería de agradecer que en sus conclusiones preliminares destaque que la Iglesia financia miles de  centros asistenciales que evitan la hambruna de los parias. Frente a la labor social de la Iglesia, la izquierda contrapone el discurso incendiario, pero no porque crea que la arenga es más importante que el bocadillo, sino porque el bocadillo cuesta dinero y la arenga le sale gratis. Los parias saben, empero, que la que le echa una mano es la Iglesia. Por eso, en lugar de pedir ayuda a la casa del pueblo la piden a Cáritas. O a los fieles que salen de misa, que suelen ser de derechas. Esto tiene una explicación sociológica: el tigre trata a la hierba mejor que la gacela.