Esa respuesta me dejó impresionada. Ninguna se hacÃa del todo a la idea de mi experimento, pero nadie objetó nada. Sin entender, me apoyaron y animaron: ¡cuánta fe y confianza!
Viendo a mis hermanas, ¡creo que puedo entender lo que sintieron los ángeles en estas fechas!
Parece que es fácil acostumbrarse a ese Niño recostado en un pesebre, ¡pero esconde un misterio realmente escandaloso! Este plan B sà que era imposible de imaginar salvo por Él...
Asà nos sigue pasando muchas veces: el Señor nos pide confiar en Él, aunque no veamos, aunque parezca absurdo, ¡pero sabiendo que Cristo nunca falla!