Como blogueros, ReL, nos ofrece la herramienta del contador de visitas por cada artículo o post que subimos. Aunque trato de dejarle a Dios el que entren pocos o muchos, de vez en cuando no me resisto y le doy un vistazo. Pues bien, me he encontrado con algo interesante desde la última vez que lo hice. Aunque no es un dato preciso o calculado de modo, digamos, estadístico, con algoritmos y toda la cosa, es un hecho que aquellas entradas dedicadas a la Virgen María, no obstante los meses o años que hayan transcurrido desde su publicación en la red, siguen siendo visitadas. El solo nombre de María, atrae, despierta, cautiva. Dicho de otra manera, llama la atención. ¿Por qué? A veces, me pasa que subo algo pensando que será interesante y resulta que termina con poco eco, pero cuando se trata de ella, repito, aunque sea un puñado de párrafos, hay una mayor capacidad de respuesta por parte de los lectores. Su nombre basta porque remite a Jesús. ¿Cómo es eso? Bueno, la vida es algo grande, pero tiene sus momentos duros y saber que hay una madre en todo el sentido de la palabra que escucha y acompaña, da la fuerza necesaria para seguir en busca de lo que vale la pena. La puso Jesús en nuestro camino. Decía el V.P. Félix Rougier (18591938): “¡Con ella todo, sin ella nada!”. Muy cierto.
¿Qué tiene la Virgen que, a lo largo del mundo, encuentra el interés de muchos? Yo creo que aporta comprensión. La última vez que estuve en la basílica de Guadalupe, eso fue lo que me quedó muy claro. Miré la tilma, desde la banda eléctrica, y descubrí una mirada que comprende. No es la imagen en sí, sino lo que representa, lo que evoca y que, en el caso de Juan Diego, cobró vida a través del milagro que ha llamado la atención de todos, ¡científicos incluidos! Dios va primero, pero ella humaniza el camino hacia él. Coloca un “no sé qué” capaz de recuperar la calma en medio de tareas complicadas, como ir al banco, ver lo de la declaración de impuestos, llegar temprano al trabajo en un día de lluvia y viento, etcétera. Ella está ahí siempre y su huella ha cambiado el rumbo de la historia. No hablo de la Edad Media, sino de la Contemporánea; es decir, relativamente reciente: Lourdes y Fátima, por citar dos casos, dos visitas.
Es cierto. Tengo que darle la razón a Fr. Yves Congar O.P., cuando opinaba que a veces el culto a la Virgen, puede distorsionarse. Pasa, quizá por el hecho o la curiosidad que producen las apariciones y que, en determinados casos, se sale de contexto, pero al entender la relación con María de forma sana, equilibrada y en clara referencia a Dios, las cosas conservan su cauce y, entonces, es posible hacer camino con ella que es la primera interesada en que la atención se dirija a su Hijo.
¿Qué tiene la Virgen que, a lo largo del mundo, encuentra el interés de muchos? Yo creo que aporta comprensión. La última vez que estuve en la basílica de Guadalupe, eso fue lo que me quedó muy claro. Miré la tilma, desde la banda eléctrica, y descubrí una mirada que comprende. No es la imagen en sí, sino lo que representa, lo que evoca y que, en el caso de Juan Diego, cobró vida a través del milagro que ha llamado la atención de todos, ¡científicos incluidos! Dios va primero, pero ella humaniza el camino hacia él. Coloca un “no sé qué” capaz de recuperar la calma en medio de tareas complicadas, como ir al banco, ver lo de la declaración de impuestos, llegar temprano al trabajo en un día de lluvia y viento, etcétera. Ella está ahí siempre y su huella ha cambiado el rumbo de la historia. No hablo de la Edad Media, sino de la Contemporánea; es decir, relativamente reciente: Lourdes y Fátima, por citar dos casos, dos visitas.
Es cierto. Tengo que darle la razón a Fr. Yves Congar O.P., cuando opinaba que a veces el culto a la Virgen, puede distorsionarse. Pasa, quizá por el hecho o la curiosidad que producen las apariciones y que, en determinados casos, se sale de contexto, pero al entender la relación con María de forma sana, equilibrada y en clara referencia a Dios, las cosas conservan su cauce y, entonces, es posible hacer camino con ella que es la primera interesada en que la atención se dirija a su Hijo.