Jesús ha venido para revelarnos quién es su Padre: un Dios lleno de dulzura, de bondad, de humildad, un Dios que viene a nuestro encuentro, que no cesa de buscarnos como el pastor que deja las noventa y nueve ovejas de su rebaño para ir a la búsqueda de la oveja perdida . Y cuando la encuentra, él la lleva muy contento sobre sus hombros.