Vimos en el anterior artículo qué dice Cristo sobre quién es Él: Cristo es Dios.

Pero a la vez era un hombre, y como hombre tenía una forma de ser que lógicamente todos debemos imitar en lo posible. Veamos cuatro rasgos, algunos bastante olvidados, sobre la forma de ser de Cristo.
 
Para empezar Cristo era muy exigente, autor de frases como ésta:
 “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama”. (Lc 11,23)
 
A la vez de exigente, Cristo es también bondadoso. No hay más que fijarse en la parábola del hijo pródigo, en la que el mismo Cristo se autorretrata en la figura del Padre. Recordemos que el mal hijo se va de casa, derrocha la herencia de su padre, vuelve arrepentido y…
“…estando todavía lejos, le vio su padre y conmovido corrió, se echo a su cuello y le besó efusivamente…”  (Lc 15, 20)
 
Pero hay actitudes que la bondad Cristo no soporta (si no se corrigen) y esas son la “beatería” (hipocresía) y la incredulidad. Bien que combatió ambas en fariseos, escribas y saduceos que así eran, por eso se puede decir que Cristo era el más “anti-incrédulo” y “anti-beato” de los hombres:
A los incrédulos les dice:
"Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados". (Jn 8, 24).
 
Y a los beatos:
No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: ¡Jamás os conocí;  apartaos de mí, agentes de iniquidad!”. (Mt 7, 21-23).
 
En resumen, Cristo es, entre otras muchas cosas:
- Exigente
- Bondadoso.
-“Anti-beato” (anti-hipócrita)
-“Anti-incrédulo”
 
Los Tres Mosqueteros