Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿LO HACEMOS JUNTOS?
Uno de los trabajos manuales que más me gustan son las chapuzas, los arreglos de casa: hacer un agujero con taladro, o el montaje...
Hace unos días había llegado un paquete, que era un regalo para Lety. Se trataba de un perchero para su celda.
Lo llevaba viendo unos días en su caja, embalado. Sólo le faltaba ser montado para que lo pudiera comenzar a utilizar.
Así que ayer le dije que, si le parecía bien, se lo quería montar. Su afirmativa fue instantánea, de manera que me puse manos a la obra. Lo desembalé todo, comencé a mirar las piezas con las instrucciones, cuando, justo en ese momento, el Señor trajo a mi mente a Joane: "A ella también le gusta mucho hacer estas cosas... Además, suele contar conmigo para hacer equipo de chapuzas... ¿Y si la aviso?"
Sin pensármelo dos veces, fui a buscarla para preguntarle si podía y si le apetecía.
Nos fuimos a montar el perchero y pasamos un rato genial juntas: mientras conversábamos, una sujetaba y la otra atornillaba, y viceversa.
Según lo íbamos haciendo me di cuenta de que menos mal que estábamos las dos juntas, pues, tal y como era el montaje, habría sido muy costoso montarlo una persona sola. Me imaginé a mí misma, sola, tratando de montarlo: sujetando las barras con una pierna; con una mano, la barra central; y con la otra intentando atornillar... ¡habría sido de chiste!
Es un regalo poder contar con las personas que tenemos al lado, pero he de reconocer que, muchas veces, lo que me surge es pensar que yo sola me aclaro bien conmigo misma. Sin embargo, cuando cuentas con el otro, no tiene nada que ver; no sólo por el echo de que las cosas salen mejor, sino que además disfrutas de un rato agradable.
Porque, lo que siempre hay de fondo cuando preferimos hacer las cosas solos, es la autosuficiencia. Y si la autosuficiencia nos surge fácilmente con los demás, de la misma manera la trasladamos a nuestro trato con el Señor.
Por eso san Juan nos dejó escrito un termómetro del amor: "Sabrás que amas a Dios, si amas al hermano." (cf. 1Jn 4, 8. 20-21).
Ciertamente esto supera nuestras fuerzas y nuestra forma de actuar por instinto, pero esto es un regalo suyo, Él nos lo concede, y de nosotros depende acogerlo.
Hoy el reto del Amor es seguir esa voz en tu interior que te invita a contar con el otro. Seguro que mientras trabajas, o cuando vas a hacer algo, te surge pensar en alguien que podría ayudarte, darte un consejo o echarte un cable. Hoy prueba a mirar con cuatro ojos en lugar de con dos: los tuyos y los de Cristo. Disfruta del regalo que nos hace el Señor poniendo a personas que nos quieren a nuestro lado.