Hola, buenos dÃas, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz dÃa.
MENSAJE SORPRESA
Hace unos dos años me tocó un sitio nuevo en el refectorio. Lo cierto es que tiene varias cosas que no me gustan: la ventana queda a mi espalda (por lo que mi sombra cae sobre el plato y siento que como a oscuras), hay un escalón en mitad de la mesa que hace que el plato baile... Pero a todo se puede acostumbrar uno. Al principio me molestaba, pero ahora ya, ni lo pienso.
Y es que el Señor no se cansa de llenar cada uno de nuestros dÃas con miles de detalles para recordarnos su amor. Nuestro problema es... ¡que nos acostumbramos! Como siempre están ahÃ, llega un momento en que casi dejamos de verlo, se acaba el asombro, se acaba el agradecimiento.