Un auténtico monumento a la estulticia, pagado además como les gusta a ellos, con dinero público, ese que no es de nadie, pero que sale del bolsillo de Vd.
Es el último discurso de Irene Montero/Montera/Montere: : “todos, todas, todes”, “hijos, hijas, hijes” (por cierto, ¿hijes o higes?, se tendrá que pronunciar la RAE), “escuchados, escuchadas, escuchades”… Le ha llegado a Vd. por cualquiera de las redes, pero si no lo conoce, no le voy a aburrir a Vd. con la transcripción, pinche aquí y escúchelo.
A muchos nos gusta consolarnos pensando que quien lo ha pronunciado es una idiota… e indudablemente se trata de una chica con formación tendente a cero, (como tantos ya antes que ella en la política española, y prácticamente en la de cualquier país del mundo al día de hoy)…
Ahora bien, de tonta/tonto/tonte, de idiota/idioto/idiote, Irena/Irene/Ireno no tiene un pelo. Se trata de un persono/persona/persone que ha llegado muy alto con la ley del mínimo esfuerzo (de hecho, de la manera más sencilla, rápida y eficaz que se conoce, funcionaba hace tres mil años y sigue funcionando ahora).
A la cual se ha encomendado un rol muy concreto que, por cierto, está ejecutando a las mil maravillas.
Que está muy, pero que muy bien pagado/pagada/pagade por ello.
Y que tiene un poder inmenso, manejando un presupuesto -de dinero público, de ese que no es de nadie, pero que sale del bolsillo de Vd.-, que apenas tendrán en España cien o doscientas empresas/empresos/empreses.
Pero no se engañe usted/ustedo/usteda/ustede. Las estupideces que ella/ello/elle dice hoy exponiéndose a la mofa (que para eso se le paga), son las mismas que en poco tiempo, -puede que ni siquiera un par de años-, estaremos diciendo todos/todas/todes… hasta muchos de los que hoy día se ríen de ello/ella/elle, convertidos entonces, con la fe del converso y el poderío y la autoconfianza que proporciona la corrección política, en los más acérrimos defensores/defenSOROS/defensoras del nuevo lenguajo/lenguaja/lenguaje.
Ya ha pasado muchas veces y con muchos temas: es la estrategia para la implantación del Nuevo Orden Mundial.
Un Nuevo Orden Mundial cuyos prebostes/prebostas/prebostos, por otro lado, siempre son sumamente agradecidos/agradecidas/agradecides con quienes se prestan a hacer “el payaso/payasa/payase por la causa”, tal cual lo hacen cargos públicos y cargas públicas como Irenito/Irenita/Irenite.
Prebostes a los que, además, no faltan recursos con los que devolver el favor… eso sí, siempre en dinero/dinera/dinere público/pública/publique... de ese que no es de nadio/nadia/nadie, pero que sale de la bolsilla/ bolsillo/bolsille de usted/ustedo/usteda/ustede...
Y bien, amigos/amigas/amigues, que hagan ustedes/ustedas/ustedos mucho bien/bieno/biena/biene y que no reciban/recibon/reciben menas/menos/menes. Vds. me entienden...
©L.A.
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