Sabemos de Dios por dos medios:
1º. Por el razonamiento.
2º. Por la Revelación.
Y no basta uno sólo, hacen falta los dos.
Atendiendo sólo a la razón ¿cómo tiene que ser Dios?
Ya sabemos que Dios tiene la existencia en sí mismo y es causa última de todas las cosas. Por tanto:
- ¿Puede Dios tener límites? No. Dios es infinito; no tiene límite alguno. A Dios no ha podido limitarle nada pues todo lo que existe procede de Él.
- ¿Puede Dios cambiar? No. Dios no puede perder nada ni adquirir nada porque es infinito. Dios es inmutable.
- ¿Puede Dios ser malo? No. Dios es infinito y en Él se hallan en modo infinito todas las perfecciones ─como la bondad─ no así las imperfecciones, que solo son carencias. El mal no es ser, es la ausencia de bien.
- ¿Tiene que ser Dios la última razón de todo y de todos? Sí. Porque si algo se le escapa no sería infinito. Precisamente nuestra inteligencia llega a Dios cuando buscamos la última razón, no las intermedias.
En resumen, por la razón sabemos que Dios existe (lo vimos en los artículos anterirores) y que es infinito (y, en consecuencia, único, inmutable, sin partes, razón última de todo...).
Los Tres Mosqueteros