Terminó el día de ayer celebrando la Santa Misa en la iglesia de los PP. Escolapios de Barbastro. En el salón de actos de actual colegio recordamos a los que, tras ser apresados y permanecer recluidos, sufrieron el martirio: el beato Florentino Asensio, obispo de Barbastro, los beatos mártires claretianos, los beatos mártires benedictinos, el grupo de escolapios que espera ser beatificados.
La primera conferencia que os ofrecemos es la del Director de las Jornadas, don Martín Ibarra Benlloch:
http://www.cardenaldonmarcelo.es/blog/barbastro_parroquias.pdf
La mañana, de este día de Santa Teresa, nos ha traído la presencia de monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. Luego, presidirá la Santa Misa. Desde Colombia, monseñor Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro, por wassap, se interesa en cómo están resultado las Jornadas.
Intervención excepcional del profesor de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid, don José Luis Orella Martínez (en la foto, bajo estas líneas a la derecha) con la ponencia: La persecución religiosa en México y sus similitudes con la república española.
En estos momentos el padre claretiano Vicente Pecharromán Tristán (en la foto, sobre estas líneas, a la izquierda) diserta sobre el padre Andrés Solá, un mártir mexicano claretiano, que fue beatificado en 2005.
Fue detenido el beato Andrés Solá cuando se le descubrió esta fotografía, que nos muestra el conferenciante:
La revolución mexicana de 1925 se caracterizó por su feroz anticlericalismo. Un joven sacerdote claretiano, recién llegado a tierras mexicanas desde España: el padre Andrés Solá Molist (Taradell, Barcelona, 1895), fue víctima mortal de los revolucionarios, junto con otro sacerdote y un seglar. Los tres son conocidos como los Mártires de San Joaquín, por el nombre del rancho en el que fueron fusilados, el 25 de abril de 1927. El Señor los glorificó concediéndoles el honor de los altares, el día 20 de noviembre de 2005, en una solemne beatificación celebrada en el Estadio Jalisco de Guadalajara.
El martirio del Padre Andrés Solá enalteció a los jóvenes seminaristas claretianos de España, que comenzaban a vislumbrar una situación parecida a la de México. Diez años más tarde, estalló la guerra fratricida entre españoles, en la cual la Iglesia católica fue objeto de feroz persecución por parte de uno de los bandos contendientes...
La primera conferencia que os ofrecemos es la del Director de las Jornadas, don Martín Ibarra Benlloch:
http://www.cardenaldonmarcelo.es/blog/barbastro_parroquias.pdf
La mañana, de este día de Santa Teresa, nos ha traído la presencia de monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. Luego, presidirá la Santa Misa. Desde Colombia, monseñor Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro, por wassap, se interesa en cómo están resultado las Jornadas.
Intervención excepcional del profesor de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid, don José Luis Orella Martínez (en la foto, bajo estas líneas a la derecha) con la ponencia: La persecución religiosa en México y sus similitudes con la república española.
En estos momentos el padre claretiano Vicente Pecharromán Tristán (en la foto, sobre estas líneas, a la izquierda) diserta sobre el padre Andrés Solá, un mártir mexicano claretiano, que fue beatificado en 2005.
Fue detenido el beato Andrés Solá cuando se le descubrió esta fotografía, que nos muestra el conferenciante:
La revolución mexicana de 1925 se caracterizó por su feroz anticlericalismo. Un joven sacerdote claretiano, recién llegado a tierras mexicanas desde España: el padre Andrés Solá Molist (Taradell, Barcelona, 1895), fue víctima mortal de los revolucionarios, junto con otro sacerdote y un seglar. Los tres son conocidos como los Mártires de San Joaquín, por el nombre del rancho en el que fueron fusilados, el 25 de abril de 1927. El Señor los glorificó concediéndoles el honor de los altares, el día 20 de noviembre de 2005, en una solemne beatificación celebrada en el Estadio Jalisco de Guadalajara.
El martirio del Padre Andrés Solá enalteció a los jóvenes seminaristas claretianos de España, que comenzaban a vislumbrar una situación parecida a la de México. Diez años más tarde, estalló la guerra fratricida entre españoles, en la cual la Iglesia católica fue objeto de feroz persecución por parte de uno de los bandos contendientes...