Hola, buenos dÃas, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz dÃa.
TRANSPARENTE POR ORACIÓN
Ayer por la tarde, durante el rezo, estaba desgranando las cuentas de uno de mis rosarios al que tengo mucho cariño, porque me lo regaló una monja cuando iba a hacer la Profesión Temporal. En su dÃa era de color rosa palo, pero, con el paso del tiempo, se ha ido transformado.
Juntos hemos pasado por cuentas gozosas, por cuentas dolorosas, por muchas luminosas, y todas han desembocado siempre en cuentas gloriosas. Y, poco a poco, este rosario ha ido reflejando lo mismo que mi interior va viviendo.
Y es que, al pasar las cuentas, lentamente se va quitando la pintura de cada una de las bolitas, y debajo está apareciendo la bola totalmente transparente. Cuando la pintura se quita del todo, la bola queda como nueva.
Siempre nos han dicho que un consagrado tiene que ser completamente transparente, que se le pueda mirar desde cualquier prisma y que deje pasar la Luz.
Aunque, sinceramente... creo que esto vale para todos.
Claro que no es algo que se consigue de la noche a la mañana. "Pero", me dirás, "y ¿cómo?"
En nuestra formación Lety siempre nos habla de la importancia de la naturalidad, y es lo que más me va ayudando en esto.