OCTUBRE, MES DEL ROSARIO (final)
Y ya está. Visto aquí escrito en 4 entregas parece muy largo y complicado, pero no lleva más de 30 minutos.
 
Y es para todos los públicos, es más: es RECOMENDADO PARA TODOS LOS PÚBLICOS, también para los niños, también para los enfermos. A Ella le complace especialmente la oración de estos dos últimos.

"Recomendado para todos los públicos" significa que no es sólo para curas, monjas, frailes, catequistas, viejas o solteronas.
 
Si te fijas bien en la foto que ilustra este artículo verás que:
1-Se trata de un joven.
2-Lleva una alianza en el anular de su mano derecha, lo que probablemente indica que está casado.
3-Tiene los ojos semicerrados, lo que probablemente indica que se está durmiendo, ya que está en una vigilia nocturna. A la Virgen eso no le importa, más bien le enternece.
4-Su rosario descansa sobre un periódico, lo que probablemente indica que le gusta estar al día, que no es un ratón de sacristía.
5-Bajo sus manos se puede ver lo que posiblemente sea una cajetilla de cigarrillos. Bueno, esto me lo he inventado porque realmente no lo distingo bien. Sólo quiero indicar que el rosario es tanto para fumadores como para no fumadores. No hay zona “libre de rosarios” que valga, todo el orbe es “zona para rosarios libres.”
 
Además es una oración muy flexible, cada uno la adapta a sus necesidades o posibilidades o incluso a la tontez que tenga ese día.
 
Puedes rezarlo del tirón o dividirlo en decenas. Puedes rezarlo solo o en compañía. Puedes rezarlo en el templo o en cualquier otro sitio.
Hay quien lo reza mientras corre por el parque, o mientras plancha (esa es mi opción más común, poniendo un cassette o echufándome el MP3  con el rosario de San Juan Pablo II); camino de la universidad o del trabajo.
Lo importante es no dejar de rezarlo por pereza o aburrimiento.
 
Además, si a quien le gusta es a Ella ¿por qué pensamos en que nosotros nos aburrimos al rezarlo?
 
¿Acaso los hijos buenos no le hacen regalos a su madre, por insignificantes que estos parezcan a ojos de un extraño? ¿Acaso no nos gustan a las mamás los dibujos que nos hacen nuestros niños, aunque no veamos por ninguna parte la casita con árboles alrededor y una familia que ellos aseguran que está en el papel?
 
Lo que  nos derrite el corazón es el hecho de que nuestro hijo haya pensado en nosotras, en que haya hecho algo por sí mismo para ofrecérnoslo como muestra de su amor.
 
¡Pues eso mismo es el rosario!: recitar una y otra vez la oración que le recuerda a nuestra Madre del Cielo el momento más importante de su vida, como muestra de nuestro amor y nuestra gratitud.
 
A Ella no le importa tanto la perfección con que lo hagamos como el amor que ponemos en ello. Y aunque nos distraigamos muchas veces y nos aburramos, ahí está nuestra ofrenda. Como el dibujo “abstracto” de nuestro niño, que aunque no lo entendamos sí que apreciamos el amor que ha puesto en él.
 
Y ¿qué somos nosotros, sino niños pequeños a los ojos de María, Madre de Dios y Madre nuestra?