Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                     
   
NUESTRA MARCA

El otro día vinieron unas amigas y, al darme un abrazo, me dejaron el maquillaje en el hábito blanco. Lo mejor fueron las monjas que, cuando me avisaban de que me había manchado y les decía que era de maquillaje, ellas contestaban: "¡Ah, no te preocupes eso se quita súper fácil!" Y cada una me daba sus técnicas para limpiarlo.

Lo que me impresionó fue que la mancha de maquillaje en la zona del hombro es la más común de las manchas, todas la conocen. Y lo más bonito es la causa de la mancha: un abrazo. Cuántas veces necesitamos un abrazo; un abrazo que te conforta, que te anima a seguir adelante, un abrazo de perdón, un abrazo que te quita los miedos y te devuelve la esperanza.

Cuántas veces daría Cristo un abrazo a los suyos, cuando estaban tristes, desanimados y sin esperanza. Seguro que no se lo pensaba dos veces, e incluso sin hablar, sólo con saber que Él estaba ahí en la situación que fuese, les reconfortaba. 

Y eso es lo que Cristo quiere hacer contigo hoy, abrazarte. Darte esa alegría, esa esperanza que necesitas para empezar el día de su mano y sentir que no te suelta ni un segundo. Si hoy sientes que el día te va a poder, que no sabes cómo afrontar el día; tu familia, las reuniones, las tareas de la casa, una conversación... ¡déjate abrazar por Él! Deja que Él sane tu corazón, siempre lo va a hacer amando, sin juzgarte. 

Hoy el reto es que des un abrazo a alguien, un abrazo que deje marca, marca en el corazón, que con ese abrazo la persona pueda sentirse amada, perdonada, capaz de afrontar el día con alegría. Es domingo de resurrección, no dejes que hoy la tristeza se cuele en tu corazón.

VIVE DE CRISTO 
  
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