Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A RITMO
-Señor, que no tenemos reto esta semana...
Hace unos días me sorprendí haciendo esta oración en la capilla. Y, esa sencilla frase, me hizo caer en la cuenta de algo que me ha sucedido.
Al comenzar el verano, Lety me propuso escribir un relato breve en capítulos. Reconozco que me gusta escribir, pero la idea me agobió bastante: ¡no me da tiempo a escribir tanto! Las obligaciones habituales, las cartas y mensajes, el reto... ¡y ahora también un relato! Aquello me parecía inviable.
Sin embargo, al llegar a la oración, Cristo me hizo verlo de otra manera: ¿Y si aquella propuesta no era de Lety, sino del Señor? ¿Y si era Él quien me hacía esa invitación?
"Bueno, si esto es cosa tuya... tú harás que salga todo".
Y, contra todo pronóstico, ¡así fue! El Señor me regaló una historia, las manos volaban en el teclado... ¡y descubría miles de retos cada día!
Hace unos días terminé el relato, y todo ha vuelto a mi ritmo normal: "Señor, que pasan los días y no tengo reto..."
Así he descubierto que, realmente, cuando Cristo te pone una misión, Él se encarga de llevarla adelante. Sólo necesita tu sí, pues Él "no elige a los capacitados, sino que capacita a los elegidos".
Hoy el reto del amor es preguntar a Cristo antes de tomar una decisión. Acabamos de empezar el nuevo curso. Miles de incertidumbres, sueños... Y seguro que en este curso de toparás con nuevos proyectos que no entraban en tus planes iniciales. Está muy bien calibrar si merece la pena, si hay posibilidades, si vas a poder con ello... Sin embargo, quiero invitarte a añadir una nueva consideración: "Y esto, ¿viene de ti, Señor?" Puede que se desbaraten un poco tus esquemas, ¡pero es maravilloso trabajar con Cristo, saber que Él cuenta contigo! ¡Feliz día!