LOS NIÑOS PUEDEN ENTENDER LA MORAL (1)
 
Sabiendo ya cómo es Dios, cómo es el hombre, y cómo realiza Dios la salvación por medio de la presencia de Jesús en los sacramentos, tratamos en esta parte, de la manera de colaborar en la salvación que Dios quiere realizar en nosotros y a través de nosotros.
Por eso hablaremos aquí de la dignidad de todo hombre, de la conciencia, lugar sagrado desde el que nos habla Dios, y de los deberes que tenemos como hijos de Dios y hermanos de todos los hombres.
Después hablaremos de los Mandamientos. Y de las Bienaventuranzas, como estilo cristiano de vida.
Al hablar de los mandamientos, no nos limitaremos a señalar lo que debemos hacer, ni de los pecados, sino que más que de obligaciones y deberes, nos referiremos a lo que le gusta a Dios que hagamos.
 
LEY
 
1) Introducción (En especial para los Catequistas)
 
No podemos avanzar por los caminos del amor sin conocerlos.
Dios nos los da a conocer; primero, porque ha puesto su Ley de amor en el corazón de todos los hombres; y segundo, porque nos ha dado los mandamientos para que veamos con más claridad esa misma ley que ha puesto en nosotros.
Por tanto, la ley que llevamos en nuestro interior, que se llama ley natural y que es iluminada por los mandamientos, nos enseña el camino del amor, es decir, cómo debemos portarnos en el amor, tanto en nuestras relaciones con Dios como con los hermanos.
 
2) Parábolas y ejemplos: La ciudad sin ley de circulación
 
Los habitantes de una ciudad protestaban porque había muchos semáforos y muchos guardias dirigiendo la circulación y había algunos atascos a determinadas horas del día.
Todo eran protestas al ayuntamiento pidiendo que querían circular libremente por donde quisieran y nada de guardias de tráfico ni de semáforos; querían ser libres.
El alcalde, cansado de tanta protesta, un buen día dijo: se acabaron los semáforos y los guardias; que cada uno circule por donde quiera y como quiera.
Todos contentos. Eran libres y podían circular por donde quisieran.
 
El primer día, salieron con sus coches y empezaron a circular por donde cada uno quería. En las calles estrechas se metieron por direcciones contrarias y quedaron atascados, lo mismo que en las calles anchas. Nadie llegó al trabajo y la ciudad, ya a primeras horas de la mañana, quedó llena de coches y nadie podía circular ni hacia delante ni hacia atrás. Todos haciendo sonar el claxon, nerviosos, enfadados, gritando, insultándose... en fin, un desastre.
 
La ley es necesaria para vivir en sociedad. La ley natural la llevamos impresa en nuestra alma, por ejemplo, hay que hacer el bien y evitar el mal. Esta ley natural queda más clara en los diez mandamientos, y Jesús la perfecciona con el Nuevo Mandamiento que consiste en amarnos unos a otros como Él nos ha amado.
 
3) Charlando con Jesús
 
Niño: Oye, Jesús, yo noto dentro de mí como un deseo de hacer bien las cosas y, por otra parte, me gusta pasármelo bien sin complicarme la vida. ¿Qué hay dentro de mí?
Jesús: Mira, Dios ha puesto dentro de cada hombre como una fuerza o una tendencia al amor. Tú ves que los animales tienen unas tendencias que les llevan a obrar de una manera determinada; el caballo, el león, el águila obran cada uno de manera diferente; es lo que se llama instinto, algo que Dios le ha dado a cada uno.
El hombre tiene su manera de vivir, que no es la misma que la de los animales; éstos se guían por el instinto, mientras que el hombre debe guiarse por la razón y por el amor. El hombre tiene tendencias que, si se deja llevar por ellas, le apartan del amor; piensa por ejemplo en tendencias como pereza, venganza, envidia, orgullo y cosas por el estilo.
Cuando el hombre reflexiona, ve que no es bueno dejarse llevar por esas tendencias contrarias al amor, ya que el hombre ha sido creado para ser amado y para amar. Ese instinto del amor que hay en el hombre es lo que suele llamarse ley natural porque está en la misma naturaleza del hombre.

Niño: Pero hay momentos en que yo no sé bien qué he de hacer.
Jesús: Por eso Dios os ha dado, por medio de Moisés, los diez mandamientos que vienen a ser la misma ley natural del amor, pero escrita para que se conozca mejor la voluntad de Dios, y que consiste en que améis a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a vosotros mismos.
Además de esta ley del amor de los diez mandamientos, yo os he dado la ley nueva del amor. Esta ley va más allá de los mandamientos porque consiste en amar a Dios y al prójimo como os he amado yo.
Niño: Comprendo, Jesús. A ver si lo he entendido bien:
Ley Natural del amor, es la que nos ha puesto Dios en nuestro corazón.
Ley Natural del amor escrita consiste en los diez mandamientos de la ley de Dios que nos dio por medio de Moisés.
Y Ley Nueva del amor, que es la que tú nos diste y que consiste en amar como tú.
Jesús: Perfecto. Y esta ley nueva que yo os di, se vive con el estilo con que yo la viví, es decir, con el estilo de las bienaventuranzas.
 
José Gea