(Por su interés, reproduzco este artículo publicado en actuall.com)
El asunto ya lo conocen. El Partido Popular confirma a sus votantes católicos –por enésima vez– que se ha convertido en el agente 007 de la Homobofia, la policía del pensamiento que persigue a quienes no comulgan con la doctrina impuesta por la ideología de género.
Se trata de toda la dirección del partido. Si queda algún ingenuo en la sala, deje de creer que los homosexualistas son versos sueltos en el PP. En esta ocasión la encargada de poner la cara ha sido Cristina Cifuentes, como impulsora de una Ley de Diversidad Sexual. Hasta aquí nada nuevo. Lo sorprendente, como saben, es que ha sido entrevistada en la televisión de la Conferencia Episcopal, ese canal que financiamos todos los católicos marcando la casilla de la Iglesia, y nadie, absolutamente nadie, le ha preguntado por el asunto.
Bien. Gracias, señores obispos, por su coraje. Me refiero, obviamente, a los obispos de Valencia, Alcalá de Henares, Getafe y Córdoba. Al resto, les deseo una pronta recuperación de su afonía.
Si alguien con mano en la CEE lee estas líneas, ruego que sugieran a los obispos eliminar la programación de 13TV dedicada a hacer campaña del Partido Abortista y Homosexualista de Derechas. Es decir, que supriman toda la parrilla excepto los westerns. En su lugar, emitan vídeos de Michael Voris. Ya encontraremos más contenidos, pero empiecen por ahí. Ojo, están en inglés: habrá que doblarlos o subtitularlos.
Me perdonará nuestro director por hacer publicidad de otro medio. Esto me va a costar un par de gintónics en el Milford, pero bien los vale. El estadounidense Michael Voris desempeña una notable labor apologética desde su web ChurchMilitant. Entre otros contenidos, cada día lanza un vídeo de cinco minutos donde analiza algún aspecto de la situación de la Iglesia y del mundo. Aquí tienen el enlace al archivo con todos sus vídeos. Si les cuesta el inglés hablado, sepan que debajo de cada vídeo viene escrito todo el speech.
En Infocatólica tradujeron el contenido de uno de sus vídeos más polémicos, donde explica que durante años tuvo relaciones homosexuales: “Sucumbí a las grandes penas de mi juventud buscando refugio en la lujuria y, en el proceso, rendí mi masculinidad. Muchos conocéis las oraciones, sacrificios y súplicas de mi madre para que yo dejase mi vida de pecado y regresara a la Iglesia. Como último recurso, pidió que le enviasen a ella cualquier sufrimiento con tal de que el Señor me concediera la gracia de la conversión. Al poco de esa oración le detectaron un cáncer de estómago en sus primeras etapas de desarrollo, del cual murió algunos años después. Durante su último año de vida, yo empecé a frecuentar los sacramentos más a menudo. Cuando mi madre murió, prometí ante sus restos mortales que cambiaría. Le dije: “Mamá, todo lo que has pasado por mí no será en vano”. Regresé completamente a la Fe y casi dos años más tarde comencé este apostolado”.
El apostolado es, evidentemente, su labor mediática. Permítanme que destaque un acertado comentario que aparece bajo el artículo de Infocatólica:
“Algunos critican el estilo claro y directo de Michael Voris, tanto desde sectores liberales como tradicionalistas de la Iglesia (por motivos opuestos, claro está). Aquí en Estados Unidos es una de esas figuras con las que no hay medias tintas… muchos obispos, incluso algunos que consideraríamos ortodoxos, le acusan continuamente de falta de caridad.
Cuando vi el vídeo donde hace público su pasado homosexual, enseguida me vinieron a la mente todos sus vídeos donde critica ferozmente la actividad homosexual dentro de la Iglesia. De pronto se entiende perfectamente el porqué: quien ha sido durante tantos años esclavo voluntario de ese tipo de vida y conoce bien el daño que hace al alma, no es de extrañar que lo rechace con toda firmeza. Es la reacción del que entiende que la mayoría de quienes caen en esa red no salen nunca más, y que la única forma de hacerlo es mediante una conversión profunda por la gracia de Dios.
¿Falta de caridad? En absoluto. Falta de caridad sería haber sido rescatado de ese estilo de vida y no hacer lo posible para que otros en tal situación sepan que están condenándose a sí mismos y que la conversión es posible. La caridad mal entendida está haciendo estragos en nuestra Iglesia”.
Si a estas alturas ver a Michael Voris no les parece más interesante que contemplar a Carlos Cuesta y su pandilla de periodistas timoratos masajear a Cifuentes, todavía me queda una bala: he traducido –con alguna licencia, no me sean rigurosos– el primer vídeo que vi de Michael Voris. ¿Por qué he escogido este? Porque habla de Cristina Cifuentes (aunque la llame Obama) y de esta nueva ley del PP. Y también habla del silencio cómplice de muchos obispos. Allá va.
Fijar los términos
“El viernes pasado, los compinches de Obama en el Departamento de Educación y en el Departamento de Justicia anunciaron que en todas las escuelas públicas de EE. UU. deberá permitirse la entrada al baño de mujeres y al de hombres a cualquier persona en función, no del sexo biológico, sino del sexo con el que se identifique.
No concretaron si retirarían los fondos a las escuelas que incumpliesen esta ley, pero lo dieron a entender claramente. Las tácticas de chantaje mafioso no son nada nuevo en la administración Obama.
He aquí una valiosa lección para los católicos, en particular para obispos y sacerdotes. La noticia de esta última atrocidad de Obama se difundió en todas las televisiones, radios, prensa, redes sociales, etc. De esta forma, una vez más, la agenda del mal es la que fija los términos del debate público.
La actualidad periodística está dominada por aquellos temas que establecen los agentes del maligno. Y logran el efecto deseado. Gracias al incesante ruido mediático en torno al asunto de los lavabos –que hace sólo un par años no interesaba a casi ningún ciudadano– hoy casi el 40 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo con que cualquier persona debería utilizar cualquier lavabo, en función del sexo con el que se identifique.
¡El cuarenta por ciento! Dos de cada cinco personas, según el último sondeo de Reuters. Eso es lo que ocurre cuando se establecen los términos del debate: si eres tú quien fija el tema, el orden del día, con el tiempo acabas ganando la discusión. Es un truco de propaganda muy viejo, por eso sorprende que los líderes de la Iglesia caigan en la trampa y eviten el asunto como niños asustadizos. Nadie gana cuando se mantiene constantemente a la defensiva, cuando siempre se limita a ser reactivo y nunca proactivo. La forma más segura de perder un debate es dejar que el enemigo defina cuál es el debate.
Los obispos de Estados Unidos han permitido que la cultura imperante –a cargo de los agentes del maligno– controle el discurso a nivel nacional. Es hora de que nuestros obispos pongan en marcha un plan contra esta locura. Que empiecen a hablar sobre el mal, sobre el infierno, el diablo, el pecado. Que presenten una estrategia para revertir lo que sus débiles predecesores han permitido en el ámbito de la anticoncepción.
Por el amor de Dios, empiecen a luchar por el rebaño, luchen por la verdad, dejen de esconder la cabeza en el hoyo. Adviertan sobre lo pernicioso de estas medidas transgénero, y háganlo en términos muy claros. Condenen el daño que causaron muchos de los suyos por no combatir el mal que supone aceptar la homosexualidad, incluso dentro de sus filas. Abandonen esa idea loca de tratar de llevarse bien y ser amable con aquellos que quieren acabar con ustedes.
Establezcan los términos de la discusión porque se lo deben a Dios Todopoderoso. Dejen de comportarse como gatitos asustados y usen los medios de comunicación tal y como hace el enemigo. El enemigo trabaja incansable para desplegar la agenda del Infierno. Sin titubeos, sin pedir perdón, sin dar nunca un paso atrás.
Por el amor de Dios, dense cuenta de que son ustedes los representantes de Dios en la tierra, que ocupan el lugar más sagrado del mundo: son los sucesores de los apóstoles de Jesucristo. Por el amor de Dios, alcen la voz y condenen el mal de la anticoncepción, que es la causante de todo esto. Condenen la idea de que hemos nacido para el placer y la comodidad. Como dijo el Papa Benedicto, no hemos nacido para el placer y el confort; hemos nacido para la grandeza.
La grandeza no llega sin un gran sacrificio, pero aquellos que se sacrifican por la verdad alcanzan la dicha eterna dentro de la Santísima Trinidad. Sin cruz no hay gloria. Por eso muchos católicos son tan escépticos con muchos miembros de la jerarquía, porque no anuncian la verdad en toda su absoluta (y terrible) gloria.
Si un obispo alzase la voz y defendiese la verdad con valentía y sin escatimar esfuerzos, contaría con el apoyo, el afecto y la ayuda de millones de fieles. Y nosotros desde ChurchMilitant estaríamos apoyándolo en primera línea.
El sambenito de que ChurchMilitant se opone a la jerarquía es una calumnia difundida por el enemigo, que busca distorsionar nuestro mensaje. No actuamos en contra de la jerarquía. Queremos que la jerarquía deje de actuar contra sí misma. Pónganse en pie y sean los líderes del rebaño de Cristo que Él les llamó a ser.
Muchos de ustedes no lo están haciendo, y la cultura reinante es la mejor prueba. Decir esto no es atacar a los obispos. Es decir que no se está respetando el oficio de obispo, establecido por el Hijo de Dios para guiar a las almas al cielo.
Deben ustedes recuperar el rumbo y plantar cara al maligno. Por el amor de Dios, salgan a la palestra y empiecen a atacar al demonio. Satanás odia la verdad. Acorralen a ese diablo perdedor, a ese acusador. Dejen de temerle. Dejen de asustarse por sus maquinaciones contra ustedes. Esa repugnante criatura debe ser aplastada bajo sus pies.
Nuestro Señor dijo a los primeros apóstoles: “Os he dado el poder de pisar sobre escorpiones.” Pues bien, comiencen a usar ese poder aquí y ahora. Sientan cómo fluye a través de ustedes el poder de su jerarquía. Sientan el Espíritu Santo que descendió sobre sus predecesores como lenguas de fuego, un fuego que Nuestro Señor dijo que Él mismo había venido a arrojar sobre la tierra y que deseaba ver encendido. Déjense gobernar por el Espíritu que procede del Padre y del Hijo. Dejen que les posea. Pídanle que les ordene hacer su santa voluntad.
Todo este mal comenzaría a desaparecer si hicieran ustedes su trabajo. Sería una batalla infernal. Pero cuando la niebla de esta guerra espiritual comience a evaporarse, será Cristo quien habrá vencido. Y Él vencerá a través de ustedes.
El infierno no puede resistir por siempre los poderes de la Iglesia Católica. Tengan fe en Jesús. Tengan fe en la Reina del Cielo. La serpiente no puede derrotarlos. Dejen de actuar como si no creyesen en esto. Si no lo creen, entonces renuncien. Si lo creen, den un paso al frente.
A través de ustedes –obispos, sacerdotes, seminaristas– es el propio Cristo quien ordena huir al enemigo. Es Cristo quien les da a ustedes el poder para derrotarlo. Es Cristo quien da a su Santísima Madre el poder para aplastar la sucia cabeza del demonio con el calcañar.
Dejen de permitirle envenenar las mentes y los corazones. Pónganse en pie en medio de las plazas y anuncien la verdad a voz en grito, por el amor de Dios, resístanle. Como el primer Papa nos dice: “Resistid al diablo y huirá.” Anuncien las gloriosas verdades del catolicismo que fueron consagrados a anunciar”.
¿Se imaginan algo así en 13TV? Venga, que alguien cree la petición en HazteOir.org.