El mundo de la New Age es muy amplio y confuso, pues bien, dentro de sus muchas disciplinas encontramos una llamada Feng Shui que hoy en día esta de moda. Esta disciplina como todo en la Nueva Era es totalmente opuesta al cristianismo y peligrosa, en este artículo analizaremos qué es el Feng Shui, sus orígenes y sus principales errores a la luz de la fe católica.
¿Qué es el Feng Shui y de dónde viene?
Se trata de una forma de geomancia, esto es adivinación de la antigua China, muy relacionado con el taoísmo y que se basa básicamente en el estudio de los cambios que ocurren en el clima y los astros. Su origen es diverso, usa elementos del libro de los Símbolos “I Ching” y también de la teoría de los cinco elementos “Wu xing”. Se cree es una filosofía oriental muy antigüa y su fundador fue Y Yang Yung Sun que vivió en el siglo IX d.C.
Básicamente es brujería china, adivinación que pretende armonizar las supuestas corrientes energéticas negativas en un espacio basado en el conocimiento oculto de las fuerzas terráqueas: agua, tierra, metal, fuego y madera. Es totalmente pseudocientífico y obvio no sirve para nada, lo único que hace es sugestionar.
Los adeptos a esta disciplina llaman a la energía “Chi o Qui” y la manipulan para obtener beneficios. Como se basa en el estudio de la naturaleza y sus ciclos, podemos entender el significado de la palabra china “Feng Shui”, vendría a ser Viento y Agua que son dos elementos fundamentales para que haya vida.
Dentro del Feng Shui podemos encontrar tres tipos de Qui o Chi: el Chi Celestial; el Chi Terrestre y el Chi Vital. El primero sería una energía cósmica que mantiene unido todo el universo, tiene relación con el clima y la astronomía, es incontrolable por el hombre, el Terrestre se origina por las construcciones, y formas de la naturaleza, finalmente el Chi vital, es la vida del hombre, se trata de un campo energético que nos rodea y va más allá de lo visible del cuerpo. Este Chi es el que podemos trabajar, cultivar y mejorar mediante la meditación. Este Chi abarca también los pensamientos.
Creen existe un Chi positivo y un Chi negativo y mediante el Feng shui, estudian como este chi se distribuye en el espacio, de manera que ven donde el Chi positivo circula mejor, donde no lleva o donde es negativo para armonizar luego los espacios y crear así prosperidad.
Los seguidores de este método usan una serie de herramientas para conseguir manipular el Chi y crear armonía, estas herramientas son: amuletos, esferas de cristal, abanicos, campanas tibetanas, etc. El uso básico que le dan a estos objetos es para sanar los espacios físicos, buscando siempre el Chi positivo. Por ejemplo para atraer la buena suerte usan las monedas chinas, para la abundancia, la Rana de la fortuna, el gato de la suerte para dar salud, dinero y protección .
¿Es incompatible con la fe católica?
En primer lugar vamos a ver que dice el Catecismo sobre las formas de adivinación y los amuletos, luego pasaremos a citar textos de la biblia que condenan estas prácticas:
2116 Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.
2117 Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.
Estos numerales del catecismo condenan el tener amuletos así como practicar la adivinación y brujería dentro de las cuales podemos incluir la geomancia en la que se basa el Feng Shui. Por lo tanto un católico no puede creer ni practicar esta disciplina. Esta de moda hoy en día todos estos objetos en tiendas de decoración, lamentablemente muchos no conocen el origen de los mismos ni el uso que se les da, ni que funcionan como amuletos.
Finalmente veamos que nos enseña la Sagrada Escritura sobre la adivinación y los amuletos:
No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque es abominación para con Yavhe cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Yavhe tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
13 Perfecto serás delante de Yavhe tu Dios.
14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Yavhe tu Dios. Deut 18, 10-14
Comunícales que el SEÑOR Dios les dice: “¡Ay de estas mujeres que están engañando a mi pueblo, tanto a jóvenes como ancianos, al atar amuletos mágicos a sus muñecas y proporcionarles velos mágicos y venderles salvaguardas! Rehúsan aun ofrecer ayuda si no sacan provecho de ello. Ezequiel 13,18
En estos dos textos vemos la prohibición expresa de consultar adivinos, brujos y agoreros, y de usar elementos mágicos, como amuletos o velos para buscar salud, que en definitiva son estafas para las personas porque carecen de todo poder, el único tiene poder es Dios.
El cristiano debe tener toda su confianza en Dios (Sal 146,3-9) , cuando estemos desesperados acudamos a Dios (Santiago 4,6-10) y no a practicas supersticiosas y mágicas que nos hacen pecar y creer en falsas energías inexistentes. Recordemos que solo Dios conoce todo, tanto el pasado como el presente y el futuro (Isaias 44, 6-8) por lo que acudir a estas personas que buscan conocer el futuro es engañarse.
Si quieres conocer más sobre los métodos New Age y lo que piensa la Iglesia Católica sobre ellos, te recomiendo leer mi libro "Las Sectas y la Nueva Era" dando clic aquí
Jesus Urones