El Concilio Vaticano II estableció en 1966, la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales en la solemnidad de la Ascensión del Señor. Desde entonces, cada año, los Papas han dirigido un mensaje a la Iglesia con este motivo. Este año, con el tÃtulo: "Somos miembros unos de otros. De las comunidades en las redes sociales a la comunidad humana". El Papa Francisco, en su mensaje, hace una llamada a formar comunidades de personas utilizando las palabras que san Pablo dirigió a los habitantes de Éfeso: "Somos miembros unos de otros". Son palabras que tienen plena actualidad con la aparición de las intensas relaciones digitales que hacen languidecer o incluso desaparecer otras relaciones en las que sus protagonistas están cara a cara. Quienes tienen la experiencia del encuentro personal lo fomentan y lo proponen porque permite establecer una comunicación más completa. Pero son cada vez más las personas, especialmente jóvenes, cuyas relaciones con los demás se realizan a través de las nuevas herramientas de comunicación con una calidad sensiblemente inferior, pero que ellos consideran suficiente y que no están dispuestos a cambiar
Junto al mensaje del Papa, la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social ha elaborado también un mensaje, en el que alertan de los tres efectos de la transformación digital:
- "Primero, el debilitamiento de las relaciones personales
- Segundo, la manipulación de las opciones sociales y el bien común
- Tercero, la dificultad creciente para acceder a la verdad que ya anuncia nuevas modalidades".
Los obispos españoles afirman sin paliativos que "las relaciones digitales pueden preceder o prolongar las relaciones personales, las conversaciones cara a cara, pero no las pueden sustituir. Si la persona quiere obtener relaciones personales de calidad, y no se puede olvidar que eso es el amor, siempre será necesario un quien completo, con una presencia completa, no meramente digital". Asimismo, los obispos españoles afirman también sin paliativos, que "en las relaciones digitales está latente el peligro de la manipulación interesada de las opciones sociales y, en última instancia, del bien común". Y por último, los obispos españoles afirman y ponen de relieve "la dificultad creciente que el contexto digital impone para acceder a la verdad. El problema no es que el mundo de internet, desde la web hasta las redes sociales, se haya convertido en el espacio de los bulos, las calumnias, las insidias o las falacias, sino que, conviviendo éstos con la verdad, el rigor, la objetividad o la exactitud, no existen las herramientas para discernir lo uno de lo otro". Las advertencias de los obispos españoles son muy interesantes para iluminar el ancho y casi infinito campo de los medios de comunicación social, sobre todo, de las redes sociales. Es hora de que oremos por los medios y sus responsables, por los periodistas e informadores, para que sean conscientes de su poder y de su responsabilidad. Es hora de que aprendamos a utilizar bien esos potentes medios de comunicación, sin caer en la trampa de sus manipulaciones y falsedades. Es hora de recitar con brisa de plegaria, aquellas hermosas palabras del beato Lolo, nuestro compañero periodista en lo altares: "El buen peregrino de la palabra pagará con moneda de franqueza la puerta que se le abre en la hospederÃa del corazón".