Una comunidad no es verdaderamente una comunidad sino cuando cada uno toma conciencia que él tiene una necesidad imperiosa del don de los demás, y busca él mismo de volverse más límpido, más lúcido y más fiel en el ejercicio de su propio don. Así cada uno desde su lugar construye la comunidad. Jean Vanier “Comunidad de Fiesta y de Perdón”