Hola, buenos días, hoy Celia nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CORONA DE ESPINAS
En la Toma de Hábito te ofrecen dos coronas: una de espinas y otra de rosas. Ayer estuvimos haciendo la de espinas. ¡Qué difícil fue! Primero, nada más salir a la huerta, nos cayó un chaparrón que no sabíamos si dejarlo para otro día. Vamos al primer Árbol del Paraíso (de donde se cogen) y nada, no había ninguna rama con espinas; vamos corriendo al siguiente, y nada; al siguiente, y nada. Al final, en el último árbol que nos quedaba, las encontramos.
Cuando ya la teníamos hecha, me la probé y, ¡madre mía! Cómo pinchaba... "Oye Lety, quítame esta espina, y esta otra, puff, y ésta pincha...".
El Señor nos estaba diciendo: ¡No hay que vivir de las espinas! Y cuántas veces nosotros nos hacemos nuestra propia corona de espinas, entramos en el victimismo. Piensas que no hay solución a tu situación, que no hay esperanza...
Pero sí que la hay: ¡Cristo! Que es Él al que le pusieron la verdadera corona de espinas, que se entregó por nosotros, para que ahora gocemos de una felicidad inmensa.
Puede que tú estés en esta situación en la que sientes espinas que no dejan que la gracia entre. Por eso, hoy el reto es que le vayas entregando a Cristo todas las espinas que tienes, que las vayas cortando para que Él te pueda dar la fuerza, la alegría y la paz que necesitas. Pero hoy hazlo diferente, coge una libreta y ve poniéndolo por escrito. Te aseguro que Él sana las heridas.
¿Vives de las espinas o de Cristo?
VIVE DE CRISTO
Pd: Llega a Barcelona, al Tibidabo y al Remei, el libro "Si no puedes perdonar, esto es para ti."
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