Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
DECISIONES ENTRE PERCHAS
Es cierto que ir siempre con el hábito soluciona infinidad de problemas mañaneros respecto al temido "¿Qué me pongo hoy?". Pero también tiene otros... Hay que calcular muy bien qué ropa te pones debajo, porque después, si tienes frío o calor, ¡es un jaleo arreglarlo!
Y ahí estaba yo, decidiendo a las seis de la mañana. La semana pasada todavía había hecho frío, y llevaba forro polar. Pero el día anterior había hecho mucho calor... ¿Pasar del forro polar a la camisa?
"No, siempre he usado el jersey fino para el entretiempo..."
Pero, en ese momento, me vino a la cabeza la charla de un padre dominico, que decía que algo muy importante del carisma dominicano es la itinerancia.
-Me diréis -comentaba él- que eso de ir de acá para allá está muy bien para los frailes, pero sois monjas de clausura... ¡Precisamente por eso sois importantes! Vosotras nos mostráis que la verdadera itinerancia no es la física, sino la espiritual: el ser capaz de no actuar "como siempre", ser capaz de adaptarse a los nuevos medios, a las nuevas circunstancias.
Visto lo visto, ¡me puse la camisa! ¡Y fenomenal!
Ahora, en la oración, me daba cuenta de qué difícil es la itinerancia. Y es que muchas veces tenemos a unas cuantas personas "encasilladas": éste es el simpático, o el borde, o el que siempre refunfuña... Al fin y al cabo, "siempre han sido así". A veces otorgamos a los demás ciertos papeles en la película de nuestra vida... y nos cuesta un triunfo darles la oportunidad de salir de ahí.
Cristo, sin embargo, es el caminante por excelencia. Le gusta el movimiento, hacer historia. ¡Incluso el pueblo de Israel fue nómada durante siglos!
Hoy el Señor nos lanza de nuevo su invitación: "Sal de tu tierra". Sal de tus esquemas, de las ideas preconcebidas, de los carteles que has colgado a los hermanos. Sal de lo de siempre, para comenzar con Cristo el camino a la tierra prometida, la tierra del amor.
Hoy el reto del amor es poner a los pies de Cristo todos los papeles que tienes repartidos en la novela de tu vida. Pídele poder mirar hoy a los demás con unos ojos nuevos, con ojos de misericordia. ¡Déjate sorprender por las maravillas que Cristo quiere mostrarte! ¡Feliz día!