En ocasiones, frente a ciertos pecados recurrentes, podemos sentir que la confesión es ineficaz. Es decir, nos confesamos, pero al cabo de un tiempo —semanas, días, o incluso horas— volvemos a lo mismo, o al menos volvemos a la intensa lucha para no caer. ¿Por qué ocurre esto?
Abordar este problema satisfactoriamente requiere que distingamos dos planos: el natural y el sobrenatural. La confesión opera principalmente en el plano sobrenatural borrando el pecado mortal, y tiene un influjo también sobre la dimensión natural fortaleciendo nuestra inteligencia y voluntad. Sin embargo, si bien lo sobrenatural supone lo natural y lo eleva, no lo anula.
A nivel natural, nuestras acciones nos van configurando interiormente originando hábitos, ya sean estos buenos —virtudes— o malos —vicios—. Lo que ocurre con los pecados recurrentes es que estos, a nivel natural, van modificando nuestra naturaleza haciendo que nazcan en nosotros vicios. Y si bien la confesión ayuda a fortalecer la dimensión natural, no elimina el vicio que podemos haber generado. Esto lo explicamos en el siguiente video.
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