P. Lucio Isidro Rubio Tutor, S. I. (Valdeagua del Cerro, Soria, 13/05/1928 – Loyola, Guipúzcoa, 07/12/2016) 
 
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María “Misericordiosos  desde ahora”  Misa funeral Loyola 8 de diciembre de 2015 
 
HOMILÍA 
 
 Comunidad cristiana de la Basílica de Loyola, familiares, amigos del P. Isidro Rubio, compañeros jesuitas: esta tarde nos reunimos para celebrar a María y el paso a la vida del P. Isidro Rubio.   Los cantos, el color blanco de la liturgia, recitar el gloria, ..., puede darnos la impresión de romper la austeridad del tiempo del Adviento, pero no es así. Celebrar la Solemnidad de María con los textos que acabamos de proclamar  y hacerlo con la fuerza y la devoción que María se merece, es una llamada nueva a vivir el Adviento como tiempo de espera activa.    Contemplemos, volvamos al diálogo entre el ángel y María y  ... descubriremos:
 
 Que Dios viene: "Envió Dios al ángel Gabriel para decirle Alégrate, favorecida, el Señor está contigo ... No temas que gozas del favor de Dios ... Para Dios nada es imposible". María sabe que Dios viene a la vida, a nuestra vida para llenarla de la suya,  para allanar sus senderos, para acompañarnos. Sabe que Dios ha dicho sí a cada persona, a toda la humanidad. Con María nacemos a la confianza, a la alegría, 
 
 Que Dios nos necesita: "Mira concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús ..." María no duda de la propuesta, pero desconoce los caminos que la van a hacer posible. "¿Cómo será si no convivo con ningún varón"? Con María descubrimos la responsabilidad de colaborar con Dios, de dejarle nuestras pequeñas manos en la tarea de traer a Jesús, de traer lo de Jesús. 
 
Que hay que optar ante la propuesta de Dios: "Aquí tienes la esclava del Señor, que se cumpla en mi tu palabra". El primer “sí” de María es signo de los muchos “síes” que dio a lo largo de toda su vida. Este primer “sí” no le evitó tener en su vida oscuridades y dificultades, pero fue aquel “sí” primero el que fortaleció la fidelidad de toda la vida de María. En María encontramos la compañera y maestra para todos los que en la historia hemos dicho y seguimos diciendo “sí” a Dios: a su proyecto de reconciliación, de justicia, de misericordia. 
 
Gracias María por recordarnos que Dios viene, que nos necesita, que respeta nuestra respuesta.
 
Pero no nos hemos olvidado del P Isidro Rubio. Muchos nos hemos reunido para darle gracias a Dios por su paso por nuestras vidas y por su paso a la Vida de Dios, ahora de un modo nuevo y definitivo.
 
Isidro, contado por él en algunas de las charlas que tuve con él en estos 2 años largos en los que hemos convivido en la misma comunidad, fue sintiendo una sintonía especial por Dios desde muy niño en el contacto con la naturaleza del mundo rural en el que vivió sus primeros años. Con 15 años tomó la decisión de dar cabida a sus sentimientos y e intuiciones del proyecto de Dios sobre él entrando en el noviciado de los jesuitas en Loyola; en este mismo lugar en que ahora le recordamos. Con 38 años llega a la ciudad de San Sebastián en la que vivirá hasta el 2015. ¡49 años entre nosotros! ¡Toda una vida! 
 
49 años que empela a fondo para entregarse a la misión que le encomendó la Compañía de Jesús: el cuidado de las personas como sacerdote y como terapeuta, campos que distinguía con nitidez en su labor pastoral. La Universidad de Deusto y no pocos colegios y entidades se han visto acompañadas por Isidro durante  37 años (entrevistas, test, acompañamientos...). Los 12 siguientes se centra en el acompañamiento a personas desde la Residencia del Sagrado Corazón.  ¡Cuántas personas se han sentido acogidas, animadas, sanadas, referidas a Dios en estos 49 años!   Un fragmento de la Bula del papa Francisco Misericordie Vultus resume lo que Isidro ha creído, ha vivido y ha trasmitido como jesuita durante toda su vida; hasta en estos dos últimos meses que ha vivido en Loyola. De la Bula "Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado”. 
 
Descansa en paz Isidro y desde Aita continúa mandándonos energía a todos.
 
Pidamos a Dios en este año de la misericordia, que esta celebración en que la recordamos a María y al P. Isidro Rubio, nos ayude a cada uno a decirle “sí” a Dios. Que el misterio del Adviento y de la Navidad acontezca en cada uno de nosotros; para que hagamos nuestras la llamada y la tarea de realizar el Reino de Dios siendo misericordiosos desde ahora. ¡Desde Ahora! 
¡Que así sea!
 
Carlos Fraile, s.j.  San Sebastián, 11.12.2015

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Dictadura de la ideología de género

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