Con la final de la Champions a la vuelta de la esquina, un espectacular viaje a Estados Unidos todavía muy reciente y dos sensacionales campañas que se deben difundir, esta semana me comprometo a escribir cuatro posts. Los que me conocen saben que es empresa prácticamente imposible, pero prometo realizar mi máximo esfuerzo.
En fin, al grano. Comencemos por lo más importante…
El pasado 13 de mayo se cumplió un año de esos fenómenos imposibles de explicar. Solo viviendo la experiencia de la Adoración perpetua puede uno entender a aquellos que la promueven con gran ilusión y la han convertido en la parte central de su existencia. El día de Nuestra Señora de Fátima, la iglesia de San Sebastián del barrio de Pomar, en Badalona, cumplió su primer año de acoger la Adoración perpetua. Fue la primera parroquia catalana en lanzarse a este reto que la ha colmado ya de bendiciones en poco más de 370 días.
Como la alegría se debe contagiar, desde la parroquia de San Sebastián han producido con mucho esfuerzo un vídeo para promover la Adoración al Santísimo. Es impactante en solo ocho minutos observar la evolución, al lado del Señor, en la vida de los diferentes protagonistas de la cinta entre los que, por cierto, se encuentra mi hija mayor, María.
Vale la pena verlo y volverlo a ver, y volverlo a ver. Vale la pena probarlo. Como concluyen en el reportaje estos testigos del amor de Dios: “¡Ven y verás!”