Hola, buenos días, hoy Celia nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿QUÉ ELIGES?
Ya sabéis que estamos en Caleruega, nos trajeron en coche. Y debe ser que ya no estoy acostumbrada al coche, que me empecé a marear con tanta curva, y eso que el paisaje era precioso... En un momento dado pasamos por el valle de Yecla, unos acantilados preciosos con cascadas de agua. Dijeron de parar para verlo y para que se me quitase el mareo un poco, e inmediatamente pensé que mejor no parar e ir lo más rápido posible para llegar cuanto antes.
Al final paramos, y el Señor me regaló un rato genial disfrutando un montón de las vistas y se me quitó el mareo.
Puede que tengas una situación parecida que quieras eliminar, que te está haciendo estar mal. Tendrás un plan para salir de ahí. Pero Cristo tiene otro plan, que es diferente al tuyo. Tienes dos opciones: intentar eliminarlo lo antes posible, o agarrarte a Cristo, que Él te cambie la mirada y disfrutar de las alegrías que da en medio de las dificultades. ¡Se te quitará el mareo!
Cristo, en tu libertad quiere entrar hasta lo más profundo de tu corazón. ¿Cómo te has sentido cuando en medio de una dificultad alguien te tiende una mano, te da un abrazo, te dice una palabra de ánimo? ¡Detrás de todos esos momentos está Cristo!
Por eso, hoy el reto del amor es que le pidas al Señor poder verle en medio de las dificultades. Él está contigo en todo momento. ¡No te pierdas por el camino todos los regalos que Él tiene para ti por un mareo!