Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EL ARMARIO MÁGICO
Al fondo del pasillo hay un armario empotrado muy pequeño en el que guardamos las cosas del baño. El problema es que hay que agacharse para colocarlas. En la práctica... abrimos las puertecillas y metemos lo que sea en donde quepa.
Pero todo tiene sus límites.
Nos regalaron unos botes de jabón. Fui a guardarlos... y nada, imposible. Aquello no cerraba. Me arrodillé, y traté de hacer hueco. Un bote vacío, una toalla hecha una pelota... Me piqué, y acabé vaciando el armario.
Pero se acabó el tiempo, y descubrí que dejaba bloqueada la puerta de la celda de Celia a la derecha, y la de Lety a la izquierda.
-¡No sufras! -me contestaron con mucha gracia cuando fui muy preocupada a comentárselo- Con que abras un caminito para llegar a la cama, ¡nos vale!
Su buen humor fue un regalo del Señor (¡y me animó aún más a volver a recoger cuanto antes!). En su comentario, tan despreocupado, sentí que estaba Cristo. Y es que Él nos enseña a llegar a lo esencial, a lo realmente importante.
Hoy es la Ascensión del Señor. Se va al Cielo... ¡y se queda con nosotros! Y en este día, nos invita a mirar el mundo con Él, desde lo alto. Hoy nos invita a pasar por encima de tantas cosas que se convierten en obstáculos para acercarte a tu pareja, a ese hermano, a esa compañera... y ver lo que de verdad importa: la persona que tienes delante.
Hoy el reto del amor es ir a lo esencial. Te invito a que hoy, en la Eucaristía, le pidas al Señor poder ver tu mundo con Su perspectiva, con la perspectiva del amor. Es cierto que hay opiniones diferentes, gustos contrarios, sentimientos distintos... pero a tu lado tienes a una persona que el Señor ha puesto en tu camino. ¡Es un regalo suyo para ti! Te invito a que hoy saltes por encima de lo que os distancia. No quieras cambiarle, ¡ámale como es! Y, para ello, ten ese detalle que sabes que tanto le gusta: salir a pasear, preparar su comida favorita, ver el partido a su lado... ¡Feliz día, y felicidades a todas las Ascensión!