He leído las conclusiones del Estudio “Hidratación y Rendimiento Cognitivo” (http://www.hidratacionysalud.es/estudios/esfuerzo_mental.pdf) y la verdad es que las eh disfrutado. En primer lugar, he pensado que, por ahora, mis hijos no van a tener problemas de memoria, atención, tiempo de reacción, coordinación, …. , gracias a lo que beben, fundamentalmente. No paran en todo el día, siempre con una botella en la mano. Y que sigan así por mucho tiempo.
Pero al leer las conclusiones de este estudio, la cabeza se me ha ido inmediatamente a lo que más me interesa. Y es que, al igual que cuando no ingiero líquidos, si no tengo al Señor en mi vida, mi cuerpo se va a tomar por saco.
Cuando no bebo, tengo problemas de memoria. De la misma manera, si no vivo los Sacramentos habitualmente, olvido al Señor con mucha más facilidad. Él está ahí, pero yo no le hago ni puñetero caso. Esto puede ser una estupidez para alguien no creyente, pero es vital para mí.
Si no bebo lo suficiente, me cuesta tener atención. Cuando vivo cada momento de mi vida pendiente de lo que Jesucristo quiere de mí, me resulta muy fácil estar atento a lo que el mundo necesite, a lo que mi familia, mis amigos, la gente que tengo alrededor precisa.
Ésta es mi propuesta a los que lean este post: que beban de la fuente del Señor, que metan en su cabeza el lema del Hermano Rafael, canonizado el pasado domingo, SOLO DIOS, y verán cómo Él les regala una vida increíble.
Eduardo Palanca