Este pasado fin de semana tuve la dicha de participar en la #iJornada que organizó iMision en Madrid (España). El formato del encuentro de evangelizadores en las redes fue muy acertado: dos ponencias principales y una serie de talleres prácticos en los que aprender a evangelizar a través de las herramientas que tenemos disponibles en la red. Entre los talleres, tuve el honor de ser invitado a impartir uno sobre creación y utilización de blogs, lo que agradezco a los organizadores del evento.
iMision es una iniciativa colaborativa en la red que surgió hace unos pocos años con el objetivo de promover y promocionar la evangelización en las redes. Las redes se han convertido en un espacio de relación social, en el que la presencia de la Iglesia es imprescindible, ya que muchas personas “viven” dentro de la red con tanta o más “realidad” que en el mundo físico. En la red se encuentran todos los sufrimientos, necesidades y carencias del ser humano y por lo tanto, la Iglesia debe estar presente.
La #iJornada fue un total éxito de participación. Más de 200 personas se inscribieron que muchas quedaron fuera. El espacio que tan gentilmente cedió el CEU, se quedó corto para la avalancha de interesados en lanzar las semillas del Reino en los continentes digitales. Esto dice mucho del dinamismo eclesial y de la disposición de servir al ser humano allí donde esté y necesite una palabra de cercanía y ayuda. No somos pocos los evangelizadores en las redes, pero la red es inmensa. Esto no nos lleva a la desesperanza, sino a todo lo contrario, a admirar cómo Dios sabe encontrar trabajadores para su viña, donde nadie podría esperar. Dios no busca personas capaces, sino corazones abiertos dispuestos a ser capacitados por la Gracia de Dios. Por eso es maravilloso encontrarse con tantos corazones que se ofrecen a la Señor para que Él los transforme y guíe. Donde nos reunimos en Su Nombre, Él está presente. Presente más allá de nuestras diferencias, carismas y sensibilidades. La unidad tiene diversos nombres, pero uno de ellos es misión compartida: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 18, 29)
¿Qué pasó en la #iJornada? Les narro algunos momentos clave que creo que son de interés. La primera ponencia fue realizada por Gustavo Entrala, publicista, creador de diversos perfiles sociales para el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco. Su ponencia titulada “Para evangelizar no basta con tener buenas intenciones”, tuvo un marcado carácter de “venta de producto” y “creación de marca” relacionado con el Evangelio y la Iglesia. Señaló la necesidad de ofrecer una estética actual que “emocione” y propicie la vivencia de la fe. Para defender su propuesta partió de una pregunta atrevida ¿Qué tienen en común entre Miley Cyrus, el torero José Tomás, la película “Ocho Apellidos vascos” y el Papa Francisco? Gustavo se alineó sin dudar a la figura del Papa Francisco como “activo” capaz de vender el mensaje de Cristo dentro de una sociedad que sólo valora las apariencias y superficialidades.
Personalmente tengo una sensibilidad y entendimiento difícilmente conciliable con el que nos ofreció Gustavo Entrala en su ponencia. Desde mi humilde punto de vista que el mensaje de Cristo no es apariencia, sino profundidad. La vivencia de la fe no es vendible como una moda, sino que requiere de renuncia a sí mismo y dejarse en manos de Dios para que, con la ayuda de la Gracia, podamos llevar nuestra cruz. No aceptamos a Cristo para ser guapos, valorados y bien vistos, más bien todo lo contrario. La complejidad de las apariencias actuales no debería de hacernos focalizar la evangelización en un proceso de creación de “marcas” y de venta de “productos”, sino en la cercanía a quien sufre y padece, sin mirar quien es. La sociedad actual necesita al Médico (Cristo) que nos ofrece la Medicina que nos transforma (Gracia). Quizás la gran olvidada de la ponencia fue esta última: la Gracia.
La segunda ponencia la realizó Juan Manuel Mora, vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra. Se tituló “El Papa Francisco en 7 lecciones de comunicación”. La ponencia fue capaz de señalarnos los siete aspectos más importantes que hacen que la comunicación de Papa Francisco sea efectiva dentro de los medios de comunicación. Las actitudes de Papa y los escenarios donde se manifiestan son claves para comprender el éxito comunicativo y su capacidad para que la opinión pública le considere como un referente mundial. Detrás de cada gesto del Papa hay un mensaje que impacta y desequilibra a la sociedad, por ello genera una confianza que se traslada, lentamente, hacia toda la institución eclesial. Quizás el mejor momento de toda la ponencia fue una pregunta que llegó vía twitter: “¿Puede indicarnos algo que no haga bien el Papa en comunicación?”. El ponente tuvo que buscar alguna respuesta que no pusiera en entredicho toda su exposición y que al mismo tiempo diera un perfil más “humano” al Papa. Nos contó de una persona, cercana al Papa, le indicó que quizás era demasiado duro con los católicos “de dentro” y el Papa, tras pensarlo unos segundos, le dio la razón. Como comentario personal, creo que a la ponencia se centró mucho en los aspectos ideales de la comunicación papal, creando una imagen del Sumo Pontífice que resulta poco creíble. El Papa es un ser humano que se equivoca, lo que no quiere decir que, por Gracia de Dios, estos errores puedan transformarse en bendiciones para todos. Los aciertos son de Dios, porque de Él proviene toda bondad y bien. El verdadero autor y líder de la Iglesia es Cristo. El Papa es el signo de unidad que nos reúne y nos confirma en la fe.
Además de las ponencias y los interesantes talleres, hay otro aspecto a resaltar: la unidad. Mirando a los participantes pudimos ver tantas caras, vocaciones, ministerios, sensibilidades diferentes, que era evidente que el Espíritu estaba actuando para dar sentido a la diversidad dentro de la unidad. Los carismas y sensibilidades tienen sentido cuando se enriquecen mutuamente, unidos en torno a Cristo y dentro de la Iglesia. La misión es única: evangelizar y ahí todos podemos aportar los diferentes dones que Dios nos ha regalado. Quizás este sea el gran reto al que la Iglesia que vive en el siglo XXI se enfrenta: dar sentido a unidad dentro de una sociedad donde se promocionan los grupitos autónomos que se dan sentido a sí mismos desde la superficialidad, las apariencias y el marketing. La unidad es maravillosa cuando evidencia todo lo que nos une y después se enriquece de los dones de cada cual aporta. En ese sentido creo que las actividades que realiza iMision pueden aportar un plus de unidad que beneficie a todos, dando espacio a que cada cual aporte los dones que recibido. La sinergia consigue que 1+1 sea más de dos. La Gracia de Dios es el medio que hace posible este milagro dentro de la Iglesia. Hay que cuidar de permitir que esto sea así, porque necesitamos unidad como beber agua todos los días.
En la clausura del acto nos anunciaron que el año que viene (2017), a final de abril, se va a organizar un congreso internacional. Todo un reto que seguro son capaces de abordar con la fortaleza y capacidad provenientes de la Gracia de Dios. Queda agradecer por su dedicación y entrega al Staff de iMision: Xiskya Valladares, religiosa de la Pureza de María: @xiskya, Daniel Pajuelo, religioso Marianista: @smdani y Susana Herrera, profesora del Universidad Carlos III de Madrid y a las decenas de colaboradores que estuvieron atentos a todo lo que era necesario. También es interesante reseñar y agradecer su implicación y apoyo a las organizaciones que hay colaborado en el evento: Fundación Acrescere, Universidad CEU San Pablo, CESAG, Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez, Universidad Francisco Vitoria y COPE. Gracias por hacer posible este milagro de unidad dinámica dentro de la Iglesia.