Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
UNA TAZA NUEVA
Ayer teníamos una visita en el locutorio y, al ir a despedirnos, pidieron sacarnos juntos una foto. Nos dimos la vuelta, ellos se pusieron detrás, moví el brazo y..."plof".
-Oh, oh...
Les habíamos regalado una taza que, con mucho cariño, habíamos personalizado con sus nombres y habían recibido con gran ilusión. Y ese sonido inconfundible...
"¡La taza, he tirado la taza con el brazo!", pensé alarmada.
No me atrevía ni a mirar al suelo, y la cara de Diana estaba desfigurada del disgusto... uno de esos momentos en los que te gustaría retroceder en el tiempo. Finalmente miré al suelo y, efectivamente, ya no era una taza. ¡Qué calor de repente! ¿Qué solución podría haber? ¿Pegarla? Imposible.
Todas a una, nos pusimos a hacer una nueva taza en tiempo récord, desapareciendo el disgusto por completo.
Cuántas cosas en nuestra vida nos hacen plantearos:
-Si pudiese retroceder...
Si pudiese retirar esa palabra hiriente, si pudiese hacer lo que no hice, si no hubiese tomado esta decisión, si...
Y así intentamos arreglar con pegamento las tazas que se rompen en nuestra vida. Recogemos corriendo los trocitos, los escondemos... y las heridas quedan en nuestro corazón.
Cristo no quiere que arregles esas tazas rotas, ni echa pegamento sobre tus heridas; Cristo siempre te da una taza nueva, ¡una nueva oportunidad!
Hoy el reto del Amor es que, cada vez que pienses en algo de ti que te haga sentir herido o roto por dentro, no te quedes en ti, sino que lleves tu taza a Cristo. Deja que Él te sane, que Él te restaure.
VIVE DE CRISTO
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