Acaban de conceder al presidente norteamericano, Barack Obama, el Nóbel de la Paz. Y, o es un bulo y yo he picado por escribir este post demasiado deprisa, o el sistema acaba de formular la versión laica del "santo súbito"...
Que la progresía vocinglera de medio mundo aclamaba a Obama como nuevo libertador y mesías político era algo sabido. Pero que la multitud lo aclamase como santo súbito no implicaba que un organismo como el Nobel accediera a ello de forma tan impúdica, vergonzosa y sonrojante. Para que luego digan que la Iglesia canoniza a cualquiera y sin méritos. Y Juan Pablo II aún en proceso de beatificación...
La noticia muestra a qué nivel se ha puesto la organización sueca, ejemplifica el inquietante camino por el que transitan las influencias mediáticas y encoge el estómago por poner al descubierto el poder de determinados lobbies internacionales.
Lanzo un par de preguntas:
* ¿Qué habría pasado si alguien hubiese propuesto (ojo, sólo propuesto) a Benedicto XVI para el Nobel de la paz, después de que haya hecho muchos más "llamamientos" por lo mismo que el premiado, y trabajado mucho más para ello?
* ¿Cómo reaccionará el rojerío progresí al galardón?
* ¿Se imaginan lo que hubieran dicho si lo hubiese ganado el Papa?
* ¿A quién hubiera propuesto usted para el Nobel, por atesorar más méritos que Obama?
Y, sobre todo, una que, por puro amor patrio, me inquieta sumamente, ¿Cómo irán vestidas las hijas de Zapatero a la ceremonia?