El obispo mártir de Barcelona, el siervo de Dios Manuel Irurita Almandoz, colocó la primera piedra en 1935 del templo de Santa María y Jesús de Gracia, del popular barrio de la ciudad Condal. Así lo narra La Vanguardia, a menos de diez de que estallase la Guerra Civil Española. Este recorte es del ejemplar del 1 de noviembre de 1935:
Y este del 3 de noviembre de 1935:
Destruido el templo y asesinado uno de los sacerdotes
Luego llegó el aciago verano de 1936. Recoge Josep M. Martí Bonet en su obra El martiri dels temples a la diòcesi de Barcelona (19361939) que la parroquia de Santa María y Jesús de Gracia “fue incendiada el 22 de julio de 1936. Entre los incendiarios había gente del barrio. Meses después, habiendo sido proyectado la construcción de un grupo escolar, aquello que el incendio había dejado en pie fue arrasado. Pasto de las llamas se perdió un valioso órgano”.
… Entre sus escombros desaparecieron la bella figura de talla del Santo Cristo, obra posiblemente esculpida en el siglo XVI o la imagen corpórea de San Salvador de Horta. También fue pasto de las llamas la imagen de la Virgen del Amor Hermoso y el altar de Nuestra Señora de los Dolores, de líneas esbeltas, obra del arquitecto ochocentista barcelonés Antoni Rovira y Trias, juntamente con el grupo escultórico que completaba su ornamentación.
“También la casa rectoral fue totalmente destruida. Sin embargo, el Archivo parroquial sufrió daños parciales, salvándose en su mayoría los libros sacramentales. A los pocos meses de acaba la guerra, el rector, Mn. Joan Ros Ráfols, encargado nuevamente de la parroquia, la cual regía en 1936, confío la reconstrucción del templo al arquitecto Josep Serra Goday, iniciándose inmediatamente las obras de manera lenta, pero constante, haciendo resurgir la parroquia desde sus fundamentos”.
El 26 de enero de 1939, la Parroquia comenzó a funcionar en la capilla de la Hospedería del Inmaculado Corazón de María, de la calle Matilde, y semanas después, en la iglesia del monasterio de Nuestra Señora de Montesión. El 31 de diciembre de 1944, el Obispo de Barcelona, Gregorio Modrego Casaus, bendijo el nuevo.
Así que queda claro que su párroco no murió en los días de la persecución religiosa. Será Fernando Gómez Catón en La Iglesia de los Mártires. Cataluña, prisionera. 19361939, quien en el segundo tomo, página 146 nos recuerde que: la detención “del beneficiado de Santa María de Gracia, Luis Ventosa Gil, tuvo lugar en la popular pensión “Cullaretes” de la calle Quintana, por las patrullas del Clot, hecho ocurrido a primeros de abril de 1937, días después asesinado en algún lugar de fuera o de dentro de la ciudad”. Siendo uno de los 930 mártires de la diócesis de Barcelona durante el trienio 19361939.
Ada Colau solicita su derribo
Por primera vez en la historia de la Barcelona en democracia, el próximo día 13 de abril se va a estudiar una moción que propone el derribo de una iglesia por anacrónica e infrautilizada. A estas alturas, señora alcaldesa, ya no nos sorprende nada.
Esta es la página web de la parroquia: