Otro pesquero español ha sido secuestrado. No había que ser un genio para predecir, cuando se puso fin al del Playa de Bakio en la forma nefanda en la que se hizo, que el siguiente ataque pirata a un pesquero español era sólo cuestión de tiempo. Se diría que la suerte ha acompañado, y hasta se ha hecho esperar.
Ante los hechos consumados, uno no sabe que ha sido más patético, si ver al Partido Nacionalista Vasco exigir la presencia de militares españoles en los pesqueros vascos, o la actuación de la Sra. Chacón remitiéndonos a los distintos servicios del ejército para las explicaciones oportunas. Ya conocíamos que era incapaz de entonar un “Viva España” en condiciones; que entró en el ministerio sin más finalidad que la de convertir al ejército en la Orden de las Hermanitas de la Caridad a la que luego aplicar la futura Ley de cultos; y que no tenía ni idea de la diferencia entre un sargento y un general. Ahora sabemos que su ignorancia es tan supina, que ni para dar las explicaciones oportunas de cuanto acontece a las personas sobre las que manda, sirve.
Lamentablemente, esto no es todo por lo que al ministerio de la Sra. Chacón se refiere. En Afganistán ha muerto un militar español -y van veintiocho- y cinco más han resultado heridos. No sabían nuestros militares que esto de repartir bocatas de buen rollito era tan peligroso. La abuela del pobre cabo asesinado, a cuyo dolor nos unimos por solidaridad y por patriotismo, ha declarado que su nieto fue engañado, pues le dijeron que iba en misión de paz y no a la guerra. Y ahora que el pobre ha entregado la vida por la libertad y por la patria ¿se le va a someter también a la humillación del distintivo azul a la que se ha sometido a tantos compañeros suyos, muertos, como él, en el duro combate?
Nunca la joven democracia española hubo de disponer tantos efectivos en tantos frentes internacionales de conflicto. Ni siquiera en tiempos del “belicoso” Aznar. Pues bien, en estas circunstancias, la pacifista nacionalista que el Sr. Zapatero colocó al frente del Ministerio de Defensa con la sola intención, digámoslo claro, de tomar el pelo a los sufridos militares españoles, -y no precisamente por ser mujer o por estar embarazada-, ha permitido que le desciendan su presupuesto en un 3,9% en 2009, a lo que se añadirá un nuevo descenso del 6,2% en 2010. A este paso, acabaremos disparando gominolas.