Se celebra hoy, 21 de junio, la fiesta de san Luis Gonzaga que nació el 9 de marzo de 1568. Proveniente de una familia noble en Castiglione (Italia), el padre de Luis, el marqués de Castiglione, lo preparó para una carrera militar. A la edad de cuatro años, comenzó a servir en la corte del gran duque Francisco I de Médici y luego, lo enviaron a Florencia para completar su educación formal. Poco después, comenzó a sufrir de insuficiencia renal, lo que él consideró como una bendición porque le permitió tener tiempo para reflexionar y orar. Fue durante este período que el sintió su llamado al sacerdocio. Recibió su primera comunión de San Carlos Borromeo en julio de 1580.

[Aparición de la Virgen del Buen Consejo a San Luis Gonzaga de Sebastián de Herrera, siglo XVII. Museo del Prado de Madrid].

LA VIRGEN QUE LE HABLÓ

La parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo y San Isidro [también llamada Real Colegiata de san Isidro] situada en Madrid, en el número 37 de la calle de Toledo, fue la catedral de la ciudad hasta 1993, año en el que san Juan Pablo II consagró la catedral de la Almudena. El edificio fue construido en el siglo XVII como iglesia del antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, que se encuentra anexo al edificio. En ella se custodian los restos mortales de san Isidro, patrón de Madrid, y de su esposa, santa María de la Cabeza.

[De la imagen madrileña desaparecida y su retablo se conserva un grabado pintado con acuarela, realizado en 1765 por Juan Minguet. La Virgen con el Niño aparece en el centro de un retablo, rodeados de seis ángeles adorándoles. A los lados, san Isidro y santa María de la Cabeza, y sobre ellos los bustos de san Ignacio y san Luis Gonzaga en marcos ovales].

En la Capilla del sagrario se venera la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo. En su origen la imagen se depositó en la iglesia de San Pedro y San Pablo, mandada construir por la emperatriz Doña María de Austria, hermana de Felipe II, en 1560, en la calle de Toledo, vecina al Colegio Imperial de la Compañía de Jesús y derribada posteriormente.

En 1936, el templo fue incendiado nada más comenzar la Guerra Civil Española. El fuego destruyó numerosas obras de arte, entre ellas el retablo de Ventura Rodríguez, así como lienzos de Ricci o Luca Giordano. El incendio también provocó el hundimiento de la cúpula, la primera encamonada de la arquitectura española (estructura de madera- a base de camones- y casquete de yeso colgado).

San Isidro, 1936-1939 - ReL (religionenlibertad.com)

Se buscó sin descanso el cuerpo incorrupto de san Isidro labrador y los huesos de su esposa, santa María de la Cabeza… lo que gracias a Dios no lograron.

Sin embargo, la imagen que hablo a san Luis Gonzaga desapareció en el incendio provocado. La actual es obra del sacerdote Félix Granda, mide casi un metro de altura y representa a la Virgen con el Niño sostenido por el brazo derecho al tiempo que con su mano derecha toma las de su Hijo.

 

QUÉ LE DIJO LA VIRGEN

En 1583 vivía en la corte de España, Don Fernando Gonzaga, príncipe de la casa de Mantua, marqués de Castellón y grande de España, con su esposa, dama de la reina Doña Isabel de Valois, y con sus hijos. El joven Luis, el primogénito, crece en el centro del gran mundo de su tiempo, y se ve rodeado de la nobleza más alta de Europa. Desde sus primeros años sentía vocación religiosa. Visitaba con frecuencia la capilla de la Virgen del Buen Consejo. Comienza a buscar la voluntad de Dios respecto de la vida religiosa que quiere abrazar. Se inclina por la Compañía de Jesús, pero quiere una confirmación espiritual y la busca con ahínco en la oración.

La luz que buscaba sobre su futuro la encontró el día de la Asunción de la Virgen, 15 de agosto de 1583, en la iglesia del Colegio Imperial de los Jesuitas. Primero fue a misa y comulgó; luego se detuvo a orar ante la estatua de Nuestra Señora del Buen Consejo y «oyó una voz clara que le dijo: Entra en la Compañía de mi Hijo». Palabras que llenaron de consuelo su corazón, y le determinaron a dejar la corte y los palacios.

Después de vencer muchos obstáculos familiares, entró en la Compañía de Jesús en 1585, donde desde el primer día se dedicó a los oficios más humildes. Estudió bajo la tutela de san Roberto Belarmino, SJ, quien era su director espiritual. Profesó sus primeros votos en 1587 y estudió en el Colegio Romano.

En 1560-1593 la peste invadió Roma, causando miles de muertes entre ellas la de los papas Sixto V, Urbano VII y Gregorio XIV. Luis atendió con heroísmo a los apestados en S. Giacomo degli Incurabili, en San Juan de Letrán, en S. María de la Consolación, y en el hospital improvisado junto a la iglesia del Gesú, donde contrajo la enfermedad. Así moría a los 23 años, el 21 de junio de 1591, tras una vida rica en experiencias. Reconocía que «el Señor le había dado un gran fervor en ayudar a los pobres», y añadía: «cuando uno tiene que vivir pocos años, Dios lo incita más a emprender tales acciones».

Fue canonizado en 1726 por el papa Benedicto XIII, quien lo declaró patrón de la juventud.

[Nuestra Señora del Buen Consejo de Bartolomé Pérez (c. 1680) con Luis Gonzaga ya beatificado].

Muy completo este artículo:

HERRERA BARNUEVO Y LA COLEGIATA DE SAN ISIDRO EN MADRID – cipripedia

Retablo en la Colegiata, destruido también en 1936

El retablo de San Luis Gonzaga de la iglesia del Colegio Imperial fue quemado en los primeros días de la guerra civil de 1936. El retablo contenía en el centro el lienzo del santo titular de medio punto; en las calles laterales San Juan Bautista y San Juan Evangelista, y en el banco otras pinturas menores muy abocetadas de los santos: Ignacio, Rosalía, Felipe, Santiago, Catalina, Inés Tomás Andrés Lucía San Francisco Javier y el Ecce Homo en la puerta del Sagrario.

El lienzo central representaba el momento en el que el joven Luis, paje del infante don Diego, hijo de la emperatriz Maria de Austria y fundadora del Colegio Imperial, orando ante la Virgen del Buen Consejo esta le dice que ingrese en la Compañía de Jesús. En la pintura sobresale un libro en el que se lee “… compañía de JHS”, mientras unos ángeles muestran en las alturas los lirios de pureza que serán uno de sus atributos.