Lerma, 14 de febrero
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CONMEMORACIÓN
Desde que ha comenzado la Cuaresma, cuando las sacristanas vamos a preparar la Misa del día siguiente, nos encontramos con que las normas litúrgicas no permiten celebrar los santos en este tiempo nada más que como “conmemoración”; es decir, haciendo una mención en la oración colecta.
Estaba yo por la sacristía haciendo las cosas propias de allí y me he dado cuenta de la importancia y razón de ser de esta norma.
He pensado: "Mira, como nosotros, los santos también se retiran, se apartan, se recogen para que resalte plenamente el Misterio de la Salvación, para que miremos directamente a Jesucristo en su recorrido terreno, en su avance desde las tentaciones hasta la Pascua, y podamos reconocer en directo que Él pasó por todo lo nuestro y pasó todo lo nuestro."
Los santos son sólo referencias de esta experiencia de salvación que necesitamos vivir en la propia carne cada uno. Es preciso saber que, cuando sufres tentaciones, Jesús llevaba las tuyas en el desierto; que, cuando se transfiguró, lo hacía para enseñarnos la Meta que lo es también para nosotros; que, cuando nos exhorta a la conversión, Él es quien hace la poda y da la savia para brotar de nuevo; que si nos apartamos de Él, Jesús nos espera, sale al encuentro y abraza; y saber que si me equivoco y peco, Él me perdona.
Y, sinceramente, puede resultar costoso replegar velas, pero es un gozo aprovechar a re-centrar la propia vida en lo más importante, dejando que en este tiempo las demás cosas queden como “conmemoración”, no las olvidamos, se las entregamos al Señor con cariño y nos zambullimos en Él. Para ello, el reto de hoy es que leas el Evangelio.
VIVE DE CRSITO
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